La historia de Jerzy Popieluszko, mártir polaco asesinado a manos del comunismo: "Ofrecía una respuesta de fe"

El sacerdote fue en uno de los líderes espirituales y morales más representativos de la resistencia de Polonia ante la sinrazón y la brutalidad comunista

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La Iglesia en Polonia recordó ayer, martes 19 octubre, la festividad del beato sacerdote y mártir Jerzy Popieluszko, un “ardiente pastor de la clase trabajadora y del servicio de salud”, que fue torturado y asesinado por agentes de la dictadura comunista polaca en 1984.

“Entre 1980 y 1984 celebró las ‘Santas Misas por la patria’ en la iglesia San Estanislao de Kostka en Varsovia. Fue asesinado en 1984 por oficiales del servicio de seguridad”, refiere el episcopado polaco en su cuenta de Twitter.

Siendo seminarista resistió a la “re-educación socialista” a la que fueron sometidos todos los seminaristas durante los dos años de servicio militar obligatorio y se convirtió en un líder espiritual y moral entre sus compañeros. Tras su ordenación sacerdotal el 28 de mayo de 1972, acompañó a los estudiantes de medicina de Varsovia como capellán y al personal sanitario como sacerdote responsable de esta área de la pastoral de la salud en Varsovia.



"Ofrecía una respuesta de fe ante las injusticias"

En agosto de 1980 comenzó su trabajo apostólico con los obreros, acompañando activamente a los trabajadores del recién creado sindicato obrero católico Solidaridad, liderado por Lech Walesa. Los sermones del P. Popieluszko eran transmitidos por Radio Free Europe, con lo cual se volvió famoso en toda Polonia por su postura crítica a la dictadura comunista.

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) recuerda que el sacerdote “ofrecía una respuesta de fe ante las injusticias, las torturas y la violación de los derechos humanos fundamentales, ante el ateísmo y la inmoralidad impuestos, ante el sometimiento y la violencia que sufría el pueblo”.



Líder espiritual y moral más representativo de la resistencia de Polonia

“Exponía la doctrina social de la Iglesia, citaba las encíclicas sociales y los discursos del Papa San Juan Pablo II y del Primado de Polonia, el Cardenal Stefan Wyszynski. Se convertía, así, en uno de los líderes espirituales y morales más representativos de la resistencia de Polonia ante la sinrazón y la brutalidad comunista”, agrega.

La policía secreta polaca trató de silenciarlo e intimidarlo. Cuando vieron que estas técnicas no funcionarían, juntaron pruebas contra él y lo arrestaron en 1983, pero fue pronto liberado por la intervención del clero. La actitud de lucha del sacerdote y su gran capacidad de influir en los fieles desde su parroquia de Varsovia acabó con la paciencia del régimen, que ordenó su secuestro y asesinato en octubre de 1984.

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"Liberarse del miedo, del terror, pero sobre todo del deseo de venganza"

Originalmente idearon un “accidente” automovilístico para asesinarlo el día 13, pero el sacerdote logró escapar con vida. El plan alternativo era el secuestro, que ocurrió una semana después, el 19, siendo además torturado por tres oficiales. Todavía con vida fue lanzado al interior del reservorio del río Vístula, atándole un saco con piedras para que no flotara. Sus restos fueron recuperados recién el 30 de octubre.

En su última Misa, celebrada el 19 de octubre de 1984, el sacerdote alentó a los fieles a “pedir liberarse del miedo, del terror, pero sobre todo del deseo de venganza”. “Debemos vencer al mal con el bien y mantener intacta nuestra dignidad de hombres. Por esto no podemos hacer uso de la violencia”, exhortó el P. Popieluszko.

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Más de 250 mil personas en su funeral

Las noticias del asesinato del sacerdote de solo 37 años conmocionaron a todo el país. Más de 250 mil personas asistieron al funeral del P. Jerzy el 3 de noviembre, incluyendo a Lech Walesa, que para entonces ya había ganado el premio Nobel de la Paz.

El P Popieluszko fue beatificado el 6 de junio de 2010 en Varsovia, en una multitudinaria Misa en la que participaron medio millón de fieles y que fue concelebrada por 100 obispos y más de 1500 sacerdotes.


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