La Iglesia española ha donado al limosnero del Papa Francisco un centenar de juegos de cama para los pobres

La congregación de las Hermanas de la Cruz repartirá 600 mascarillas ffp2 entre las personas necesitadas para luchar contra la pandemia de coronavirus

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La Iglesia Nacional Española en Roma donó un centenar de juegos de cama (sábanas, mantas, etcétera), al limosnero del Papa Francisco, Cardenal Konrad Krajewski, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, que se celebró el pasado 15 de noviembre.

Según informó la propia Iglesia Nacional Española por medio de un comunicado, se trata de una iniciativa realizada en colaboración con el instituto secular Obreras de la Cruz y está destinada a los dormitorios para personas sin hogar que gestiona la Limosnería Apostólica.

Además, señaló el rector de la iglesia, Mons. José Jaime Brosel, en estos días también se repartirán 600 mascarillas ffp2 entre las personas necesitadas de Roma para luchar contra la pandemia de coronavirus. La gestión de las mascarillas la realizarán la congregación de las Hermanas de la Cruz.

Esta iniciativa se suma a las emprendidas por el Vaticano en el contexto de la Jornada Mundial de los Pobres. Ese día, el Vaticano repartió 5.000 lotes de comida entre familias necesitadas de Roma.

Cada paquete contiene pasta, arroz, puré de tomate, aceite, sal, harina, café, azúcar, mermelada, atún, galletas, chocolate, además de mascarillas quirúrgicas y una tarjeta con una oración del Papa Francisco.

Además, la clínica móvil situada junto a la columnata de San Pedro, gestionada por la Limosnería Apostólica, está realizando análisis médicos a los pobres que deben tener acceso a los dormitorios o, en el caso de los migrantes, a los que quieren volver a su país de origen. El horario de apertura de esta clínica móvil gratuita es de 8:00 a.m. a 2:00 p.m. y en las últimas dos semanas, ha realizado 50 pruebas al día.

También, se han repartido 2,5 toneladas de pasta a las diversas casas, hogares y asociaciones caritativas que trabajan en favor de los numerosos pobres presentes en la ciudad y que son asistidos por diferentes realidades eclesiales.

El Vaticano envió también 350.000 mascarillas quirúrgicas para 15.000 estudiantes de la periferia de Roma para apoyar en ese gasto a las familias.

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