Jim, un jubilado que pone su experiencia al servicio de los jóvenes de Timor

Participa en un proyecto de Misiones Salesianas y asegura que como voluntario "todo es más gratificante"

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Jim es irlandés. Está jubilado. Su nombre completo es James Finlayson. Ha crecido en Australia y desde febrero ofrece sus conocimientos como voluntario en la casa salesiana de Comoro, cerca de Dili (Timor Oriental). Según informa Misiones Salesianas, allí forma parte del Proyecto de Voluntariado Salesiano Cagliero. Ha sido profesor y no podía pasar la oportunidad de seguir formando a los jóvenes una vez finalizada su etapa laboral.

Llegó a su destino hace casi un año y sigue tan entusiasmado como el primer día con su labor de servicio a los jóvenes. Sus jornadas de trabajo seguro que son ahora más largas y cansadas que cuando percibía un salario, pero reconoce que “ahora todo es más gratificante”. Todos los días enseña inglés en las aulas y luego imparte clases de carpintería a estudiantes de construcción general en el taller de formación profesional.

Versátil y siempre dispuesto, Jim se mueve con la misma soltura entre los pupitres que entre tableros y marcos de madera. Ayuda a los estudiantes de carpintería a realizar modelos de varios tipos de techos a dos aguas, así como una estructura básica para hacer escaleras; ambos trabajos importantes para los carpinteros.

Jim, un jubilado que pone su experiencia al servicio de los jóvenes de Timor


Fomentar la solidaridad

El Proyecto Cagliero, nacido en 2007, toma su nombre del guía de la Primera Expedición Misionera Salesiana, Giovanni Cagliero, en 1875. Fomenta la solidaridad entre las diferentes Inspectorías de la Región Asia Este-Oceanía. Y, precisamente, en nombre de esta solidaridad los voluntarios que la integran han ido no solo a Timor Este, sino también a Tailandia, Camboya, Samoa y Zambia.

Los voluntarios del Proyecto Cagliero se comprometen a trabajar a la “manera salesiana”, lo que significa que los jóvenes se ponen en el centro de todo. Así se ofrece a los voluntarios, jóvenes y mayores, la posibilidad de contribuir a la misión de Don Bosco, es decir, servir a los niños más pobres y desfavorecidos y convertirlos en buenos cristianos y honrados ciudadanos.


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