La labor de la Iglesia con los más desfavorecidos en dos de los barrios más conflictivos de América Latina

Ecclesia conoce la la labor que realizan las parroquias en estos barrios para paliar la pobreza, sacar de la calle a mujeres que ejercen la prostitución o rehabilitar a los adictos

Tiempo de lectura: 3’

Medellín es una de las ciudades más populares y extensas de Colombia, aunque a su vez uno de los territorios que más padecen los efectos de la delincuencia, el tráfico de drogas o los crímenes. La zona centro de Medellín está integrada por varios barrios: Prado, El Chagualo, San Benito, Guayaquil y Calle Nueva o la La Candelaria.

Este último barrio está considerado como uno de los más marginales de la ciudad del país latino. En la parroquia que lleva el mismo nombre se encuentra el párroco Luis Fernando Pérez, quien en declaraciones a Ecclesia ha explicado que la delincuencia actualmente está razonablemente controlada por los agentes policiales, mientras que la Iglesia de la zona centro de Medellín destina sus esfuerzos en paliar la pobreza de muchos de sus vecinos y personas extranjeras, especialmente del campo de la prostitución e inmigrantes venezolanos.

“Somos varias las iglesias involucradas. Somos unas diez parroquias en el centro de Medellín, que cuenta con unos 800.000 habitantes y mucho trasiego de personas, algunas para trabajar y otros para delinquir”, ha precisado el sacerdote.

La casa 'Valerio Jiménez' es uno de los espacios con los que cuenta la parroquia para atender a los habitantes venezolanos que llegan a Medellín, huyendo de la pobreza y del régimen dictatorial que impera en el país gobernado por Nicolás Maduro: “Aquí se les ayuda a sacar la documentación y su posible ubicación laboral”, explica el Padre Luis Fernando Pérez.

“Algunos de los venezolanos que vienen aquí están legalizados y otros no. A estos últimos tratamos de que tengan los papeles en regla para que dispongan del servicio de salud, atención médica y educación. Para eso está la casa, como albergue y alimentación mientras se ubican”, agrega. Asimismo, ha remarcado que la mayor parte de los venezolanos son transeúntes que están de paso en Medellín para luego dirigirse a otra parte: “La mayoría de ellos son jóvenes”, apunta el religioso en declaraciones a Ecclesia.

Sacar de la prostitución a las chicas es otro de los ejes de la pastoral social de la parroquia de La Candelaria de Medellín. Luis Fernando Pérez ha expresado que muchas de las mujeres que ejercen la prostitución son extranjeras de clase alta que se instalan en barrios pudientes, donde creen que podrán obtener importantes sumas de dinero: “Algunas mueren en atracos en estos barrios ricos”, manifiesta.

Otras muchas optan por esta vía al pensar que “no pueden hacer otra cosa”. “Tratamos de sacarlas de ese mundo dándoles formación, se las ayuda a encontrar otro empleo para que tengan un sustento”, informa el párroco.

La Iglesia en 'Puerta 8', el barrio de Buenos Aires donde más se trafica con droga

Hace unas semanas conocíamos que unas veinte personas fallecieron y casi un centenar tuvieron que ser ingresadas en Buenos Aires por el consumo de cocaína adulterada.Todos ellos adquirieron la droga del mismo distribuidor, en el distrito de 'Puerta 8' de la capital argentina, uno de los barrios con mayores índices de narcotráfico del país y con una tasa elevada de pobreza.

En 'Puerta 8' la Iglesia también desarrolla un papel muy valioso con las personas que han caído en las garras de la adicción a la cocaína, tal y como ha precisado en declaraciones a Ecclesia el sacerdote Eduardo González, de la parroquia Nuestra Señora de la Merced.

El religioso ha remarcado que en el distrito acogieron con sorpresa la intoxicación de los consumidores, pese a que buena parte de los vecinos consumen o trafican: “La noticia de la muerte simultánea nos sorprendió mucho, pero no el saber que se producen muchas muertes justamente por la adicción”, ha explicado el Padre Eduardo González.

“Toda la zona tiene mucha adicción en todos los niveles sociales. El acceso clandestino a la droga está al alcance de todos, y se producen muchas muertes, pero desde luego no en este nivel tan rápido como consecuencia de la adulteración de la droga”, ha añadido.

Sobre la situación que vive 'Puerta 8', el sacerdote ha precisado que está más marcado por el tráfico que por el consumo: “Se provee de droga a toda la región. Por eso, es normal que en zonas muy humildes aparezcan automóviles de alta gama”.

En este contexto, el trabajo de las parroquias es esencial e intenso, sobre todo con los hogares de Cristo, tal y como ha relatado el Padre Eduardo González: “Estos hogares son centros para ayudar a los jóvenes a tener un espacio para poder superar la adicción. Para eso se utilizan muchos los clubes, las escuelas populares y las mismas parroquias. Se insiste mucho en esta zona a nivel eclesiástico y organizaciones civiles”.

En este punto, el sacerdote de Nuestra Señora de la Merced asegura en Ecclesia desconocer si alguna de las víctimas mortales u hospitalizadas habían recibido algún tipo de ayuda por parte de la Iglesia. En cualquier caso, sí que ha puesto de manifiesto la situación dramática que viven algunos de ellos: “Hay casos llamativos como el de tres adultos que fueron tratados en el hospital por consumir la cocaína adulterada y cuando le dieron el alta, inmediatamente se volvieron a drogar con la misma. Esto muestra la ansiedad que les provoca la droga”, ha relatado.

Religión