El Papa Francisco reconoce las virtudes heroicas de Lucía dos Santos, una de las videntes de Fátima

El Papa también ha reconocido el martirio de diez sacerdotes y diez laicos de la archidiócesis de Sevilla, asesinados por odio a la fe durante la Guerra Civil en 1936

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El Papa Francisco reconoce las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Lucía dos Santos, monja portuguesa perteneciente a la Orden de las Carmelitas Descalzas y que, junto a sus primos Jacinta y Francisco Marto, vieron en varias ocasiones entre mayo y octubre de 1917 a la Virgen en Fátima, donde hoy se levanta el Santuario de Nuestra Señora de Fátima.

El Santo Padre ha recibido esta mañana al Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, para autorizar la promulgación del Decreto que reconoce estas virtudes heroicas de la consagrada portuguesa.



Nacida en 1906 en la localidad portuguesa de Aljustrel y fallecida el 13 de febrero de 2005 en Coimbra, Lucía dos Santos siempre estuvo comprometida con el mensaje mariano. Tras la muerte prematura de sus primos causa de la gripe española, Lucía fue la única depositaria del mensaje que le fue confiado por la Virgen que transcribió, a instancias del obispo de Leiria, José Alves Correia da Silvia en cuatro documentos entre 1935 y 1941.

Otro escrito, fechado en 1944, contenía la tercera parte, el llamado "tercer secreto", que fue enviado a Roma, abierto por primera vez en 1960 pero no divulgado por los papas Juan XXIII y Pablo VI. Fue Juan Pablo II, particularmente devoto de Nuestra Señora de Fátima, quien dio a conocer el secreto en el año 2000.

El decreto del Pontífice argentino se produce un mes y medio antes de que visite el Santuario de Fátima el próximo 5 de agosto, en el marco de su viaje a Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud.

El Papa reconoce el martirio de diez sacerdotes de Sevilla en la Guerra Civil

El Papa Francisco también ha reconocido este jueves el martirio de diez sacerdotes y diez laicos de la archidiócesis de Sevilla, asesinados por odio a la fe durante la Guerra Civil en 1936, por lo que han sido proclamados beatos.

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Entre ellos figura Manuel González-Serna Rodríguez, nacido en Sevilla en 1880 y nombrado párroco de la cercana Constantina en 1911. Detenido la noche del 19 de julio de 1936 por milicianos republicanos, fue ejecutado en la sacristía cuatro días después.



En ese verano de 1936, al comienzo de la Guerra Civil, otros nueve sacerdotes y diez laicos fueron asesinados en Sevilla y sus alrededores, tras ser detenidos y sin juicio previo, en un contexto de persecución religiosa que los republicanos establecieron hacia todo aquel que profesara ser miembro de la Iglesia.

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