Vapuleados por renunciar a trabajar en las tierras de un musulmán: el calvario de una familia cristiana

Hartos de la discriminación a la que les sometía su jefe, Sattar y su hijo Azhar decidieron renunciar a su empleo en Pakistán. Las consecuencias para la familia fueron tremendas

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Sattar Masih y su hijo Azhar, que profesan la religión cristiana, se vieron obligados a recurrir a la asociación 'Human Rights Focus' de Pakistán para recibir asesoramiento legal. Y es que ambos decidieron renunciar al trabajo que estaban desempeñando en unas tierras propiedad de un terrateniente musulmán, llamado Khuram Yasin, ante la discriminación y violencia que sufrían.

Pero tras comunicar a su jefe que se marchaban, tanto Sattar como Azhar fueron atacados por un grupo de musulmanes. Era la manera del terrateniente de atenazarles para que continuaran trabajando para él. Tras una nueva negativa de padre e hijo, a finales de marzo el musulmán acusó a los Masih de robar un pollo de una raza especial valorado en unos mil euros.

El jefe de ambos recurrió a la policía para que arrestaran a Azhar, pero fue liberado por falta de pruebas. Un mes después, debido a la presión ejercida por los contactos religiosos y políticos del terrateniente, la policía hizo un registro a la familia de Masih Azhar, que fue arrestado nuevamente; el padre y la madre, Khalida Parveen, fueron a la propiedad de Khurram Yasin y pidieron que se revisara la denuncia en su contra, asegurando que eran inocentes.

Entonces la familia fue agredida por empleados musulmanes con pistolas, cuchillos y palos; Khalida fue herida en el brazo derecho con un arma blanca y una mujer le arrancó violentamente los pendientes de las orejas.

Sattar Masih presentó una denuncia en la comisaría con el informe médico forense que hicieron sobre su esposa en el hospital de Faisalabad, pero la policía no le dio ninguna respuesta. Las heridas de Khalida se agravaron y tuvo que volver al hospital, por lo que Sattar decidió ponerse en contacto con esta asociación que defiende los Derechos Humanos.

Gracias a esta asociación, Azhar salió de prisión el 7 de mayo, pero toda la familia comenzó a recibir amenazas de muerte. Una vez más los cristianos acudieron a la policía, pero sus denuncias no fueron escuchadas. A finales de mayo, el matrimonio de Khalida y Sattar presentaron una demanda ante el tribunal del distrito y en una audiencia celebrada el 24 de junio el tribunal ordenó a la policía que se asegurara de que los acusados comparecieran en la próxima audiencia a la que serían citados.

“El comportamiento de la policía, las autoridades y las fuerzas del orden fue despectivo y prejuicioso”, dijo Naveed Walter, presidente de Human Rights Focus Pakistan, condenando el ataque contra Sattar Masih y Khalida Parveen por sus creencias religiosas. "Hay que cambiar las leyes y es absolutamente necesario prohibir cualquier tipo de discriminación en los lugares de trabajo. Se han producido varios casos de abuso contra las minorías a raíz de disputas que surgen en los lugares de trabajo", explicó Walter.

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