El desgarrador testimonio de una familia misionera en Ucrania: "Hemos rezado y estamos preparando las maletas"

El matrimonio misionero de César y María Auxiliadora, pertenecientes al Camino Neocatecumenal, lleva 25 años en Kiev junto a sus diez hijos. Ahora, tratan de escapar de la guerra

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El matrimonio de César Campomar y María Auxiliadora Hernando, están haciendo las maletas para abandonar Kiev cuanto antes tras la invasión militar de Rusia en Ucrania, que deja ya varios fallecidos. Pertenecientes al Camino Neocatecumenal, acudieron a la misión en el país del Este europeo junto a sus diez hijos en 1997 procedentes de Burgos.

Una de las preocupaciones del matrimonio es la madre de César, que con noventa años padece alzheimer. En declaraciones a TRECE, María Auxiliadora ha explicado que todo se ha precipitado a partir de las 5.15h de la madrugada, cuando comenzaron a escucharse estallidos de bombas y explosiones. La guerra había comenzado.

“Nosotros hasta ahora hemos esperado con el pueblo ucraniano porque hemos venido a evangelizar a este pueblo, con el sentimiento de mostrar el amor de Dios a este pueblo, de vivir con ellos en su misma situaciones y sufrimiento. Pero teníamos claro que oye, hasta que Dios quisiera”, comienza exponiendo María Auxiliadora.

Lo primero que ha hecho el matrimonio tras estallar las primeras bombas fue rezar y preparar la huida: “Hemos rezado y hemos visto a Dios salir porque estamos con la madre de César, que tiene alzheimer. Hemos dicho que a la madre hay que sacarla”.

Por su parte, los hijos del matrimonio están a la espera de una solución, ya que tres de ellos son ya de nacionalidad ucraniana, por lo que no disponen de documentación española para abandonar el país: “No sé si se desplazarían a otras ciudades”.

No tienen claro qué sucederá en el futuro, pero María Auxiliadora que, pese a las circunstancias, Dios está junto al pueblo ucraniano en estos momentos tan complicados: “El Señor nos va consolando. Estamos preparando maletas y esperando que el Señor nos guíe y nos lleve como siempre nos ha guiado y siempre ha sido muy bueno con nosotros”.

En las semanas previas a que el conflicto bélico haya estallado, la familia vivía con incertidumbre esta tensión entre Rusia y Ucrania. Una tensión que está latente en el país desde 2014, tras la anexión de Rusia con Crimea.

Una familia integrada en la minoría cristiana de Kiev

La familia Campomar Hernando forman parte de la minoría católica de Kiev, en la que, a diferencia de lo que cuentan los datos oficiales, viven más de cinco millones de personas. Allí los católicos apenas representan el 7% del total de una mayoría ortodoxa que, “como ocurre en España, tampoco son muy practicantes”.

Tampoco se puede olvidar el ambiente comunista y anticristiano que se vive en su cultura. Tras haber pasado seis años como misioneros en Bielorrusia, donde les dieron un “ultimátum porque sabían que éramos de la Iglesia”, los responsables del Camino Neocatecumenal los enviaron por sorteo a Kiev. Allí colaboran con la recién creada parroquia de San Alejandro, que han visto edificarse y que aglutina a una población de 400.000 personas pero a la que solo acude un millar de católicos a rezar cada domingo. “Caminamos con ellos e impartimos catequesis en esta y otras parroquias del entorno donde nos llaman. No hacemos nada extraordinario, solo lo que podemos. Aportamos nuestras ganas de vivir, contamos que Dios ha sido bueno con nosotros”, expresaban antes de que estallara la guerra.

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