La imagen de una Virgen queda intacta pese a los daños humanos y materiales causados en Petrópolis (Brasil)

La tormenta supuso la muerte de casi 200 personas. La Virgen Nuestra Señora de las Gracias resultó ilesa pese al derrumbe del muro de la capilla que sostenía la imagen mariana

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El pasado 15 de febrero, la ciudad brasileña de Petrópolis quedó devastada como consecuencia de la tormenta que inundó buena parte del territorio y que ha dejado hasta el momento casi dos centenares de fallecidos y otros tantos desaparecidos. Se trata del mayor número de víctimas mortales registradas por tormentas en la ciudad. Hasta entonces, la mayor catástrofe había ocurrido en 1988, cuando murieron 171 personas. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil hizo un llamamiento a los católicos del país para socorrer a los damnificados.

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Pese a los numerosos daños producidos a causa del temporal, una imagen quedó intacta: Nuestra Señora de las Gracias. Pese a que se derrumbase gran parte del muro que sostenía a la imagen mariana, no se vio afectada.

Las fotografías de la figura, en medio de una pared semi-derrumbada y el deslizamiento de tierra sobre las calles, se hicieron virales: “María siempre de pie, como estuvo al lado de Jesús en la cruz. Mami, cuida a tus hijos aquí en la tierra”, escribió un internauta al compartir el momento en las redes sociales.


La capilla de Nuestra Señora de las Gracias se encuentra en el complejo del Banco Nacional de la Vivienda en Alto da Serra, uno de los barrios más afectados por la tormenta. El muro del templo se cayó por la fuerza de la inundación y los derrumbes. Detrás de la capilla está el barrio de Morro da Oficina, donde un deslizamiento de tierra arrasó decenas de casas, dejando varios muertos y desaparecidos.

La imagen de Nuestra Señora habría sido colocada en ese lugar en 1973 por un vecino cuando se construyó el edificio. En declaraciones al diario local 'Extra' de Petrópolis, los vecinos atribuyeron a la intercesión de la Virgen María el que no les haya sucedido nada más grave.

“Lo veo como un milagro de Dios. Una lluvia así y ella quedándose intacta. Se salvó para protegernos. Desafortunadamente, algunas personas no sobrevivieron. Pero ella se quedó aquí para protegernos”, dijo el residente José Luiz Montalvane, de 75 años. “Este es un misterio de Dios”, dijo la sindicalista Tânia Maara Sacchetto, de 70 años.

Este lunes, el obispo de Petrópolis, Mons. Gregorio Paixão, celebró una Misa por las víctimas de la tragedia en la iglesia de Santo Antônio, en Alto da Serra.

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