La técnica infalible para que el potaje de Cuaresma no quede salado y sí muy sabroso

Este plato es una delicia típica de los conventos de las clarisas durante este tiempo litúrgico de austeridad

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El potaje es una de las recetas tradicionales de este tiempo de Cuaresma. Nada mejor para la época de Cuaresma o Semana Santa que este plato sencillo y nutritivo, sin ingredientes cárnicos.

En este caso os traemos el potaje de Cuaresma con bacalao, un pescado muy utilizado por las hermanas clarisas en estas fechas especiales. La preparación de este potaje es muy sencilla: se utiliza la sopa de pan y le podemos añadir ingredientes muy básicos, pero al mismo tiempo muy nutritivos. Una receta económica para empezar la cuaresma comiendo todos juntos en familia.

Los ingredientes

Para hacer el mejor potaje de Cuaresma necesitamos 300 g de garbanzos, 250 g de bacalao desmigado, 500 g de espinacas frescas, 1 Cebolla , 2 dientes de ajo, 1 hoja de laurel, 2 cucharaditas de sal, 1 cucharadita de bicarbonato

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La preparación del potaje de Cuaresma

Antes de empezar a cocinar, debemos dejar los garbanzos en remojo desde el día anterior con una cucharadita de bicarbonato y otra de sal. En primer lugar, en un puchero con agua caliente, ponemos los garbanzos, la cebolla cortada en cuatro, los ajo pelados, la hoja de laurel y sal. Tapamos y dejamos hervir durante una hora y media a fuego lento.

Pasado el tiempo, lavamos las espinacas y el bacalao y lo incorporamos al guiso. Por otro lado, vamos a preparar el sofrito. Picamos la cebolla y los ajos y los sofreímos en una sartén con aceite.

Agregamos a la sartén el pimentón y la harina y damos vueltas. Cuando el sofrito esté listo, lo agregamos a la sartén de los garbanzos. Tapamos el guiso y seguimos cocinando a fuego bajo. Después, vamos a preparar las bolas.

Batimos los huevos en un bol y agregamos el ajo picado, el perejil también picado y el pan rallado. Con la masa hacemos unas bolitas y las freímos en una sartén con aceite. Cuando estén listas, las metemos en el guiso y cocinamos durante 20 minutos más a fuego lento.

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La técnica del escaldado

En esta receta se utiliza una técnica culinaria llamada escaldado. Seguramente en casa se utilizó en algún momento sin saber su nombre, por ejemplo, para pelar tomates. Consiste en sumergir un alimento en agua hirviendo durante un breve periodo de tiempo, entre 30 segundos y 2 minutos.

Este método tiene varios usos: ablandar un alimento, facilitar el desprendimiento de la piel de un vegetal, retirar excesos de sal e impurezas, quitar el sabor amargo, reducir el volumen de los alimentos, o precocinarlos para luego congelar. Es necesario que luego de hacer el escaldado se sumerja en agua fría el alimento para cortar la cocción.

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El bacalao

Uno de los ingredientes de esta receta a destacar es el bacalao, este pescado es muy utilizado en la cocina y además es un alimento de gran valor nutricional. Se trata de un pescado blanco, más magro que los pescados azules y se lo puede consumir fresco o seco.

Ambos tipos de bacalao aportan a nuestra dieta proteínas de alto valor biológico, y presentan un bajo índice glucémico. Esto lo hace un alimento muy recomendable para las personas diabéticas, principalmente el bacalao fresco. Dos diferencias a destacar entre los bacalaos fresco y seco son, por un lado, el aporte calórico que es bastante alto en el pescado seco y el otro es que también presenta un alto contenido de sodio ya que se utiliza este mineral para su conservación. Por lo tanto, para aquellas personas que presenten retención de líquidos o hipertensión la opción as recomendable es el bacalao fresco.

Todos los alimentos de este potaje de Cuaresma son muy saludables, ricos en vitaminas y minerales que enriquecen no solo la preparación sino también nuestra alimentación y por esta razón no pueden faltar en esta receta tan típica de la Cuaresma

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