El vídeo de un sacerdote reflexionando sobre la serie 'El Juego del Calamar': "El pobre es usado como objeto"

La serie surcoreana de Netflix se ha convertido en una de las más vistas de este 2021. Sus detractores denuncian que el contenido de los juegos incitan a la violencia

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'El Juego del calamar' se ha convertido en una de las series más populares de este otoño. Como toda serie mediática, tiene sus defensores y detractores. La conveniencia de que los más pequeños sigan la serie de Netflix es uno de los debates que han surgido en los últimos tiempos, después de que en algunos colegios los más pequeños estén reproduciendo los juegos de la serie surcoreana para entretenerse a la hora del recreo.

Los profesores están denunciando que se trata de una irresponsabilidad por parte de los padres que se permita ver a menores de 18 años este éxito de la plataforma, ya que la trama no es para niños e incita a la violencia.

En las últimas horas, el sacerdote dominico Nelson Medina (de origen colombiano) advierte que 'Juego del Calamar' “no es simple entretenimiento”. En un vídeo publicado en su canal de Youtube, el religioso analizó la serie asiática desde cinco ejes.



Los cinco ejes con las que el sacerdote critica el contenido 'El Juego del calamar'

Fray Nelson explicó que hay un alto componente de “inocencia y crueldad” en la serie: “Te vas a encontrar con una especie de paradoja, porque la serie muestra la realización de una serie de juegos que son juegos infantiles y se supone que los juegos infantiles tienen esa carga de inocencia”.

“Pero el resultado de ganar o perder en esos juegos infantiles, entre comillas, es que muere gente. Empiezan un poco más de 450 personas y la idea es que quede un ganador. Y el que va perdiendo, pues no solamente pierde el juego sino que pierde el juego de la vida”, afirma.

En el segundo eje de su análisis, Fray Nelson apuntó al eje económico, es decir, entre pobreza y riqueza: “Son personas prácticamente desechadas de la sociedad o desechables por la sociedad. Es decir, son vidas baratas. Y son vidas baratas porque son vidas de personas pobres. El pobre se convierte en un objeto. Y el que lo usa, como nos damos cuenta al final de la serie, por lo menos en esta temporada que se ha publicado, el que lo usa es el rico”, lamenta.

El sacerdote colombiano señaló que “hay serios cuestionamientos éticos”, pues “nos damos cuenta que en nuestra sociedad, de hecho, a las personas necesitadas muchas veces se les trata como si fueran objetos de compra y venta hasta los extremos absolutamente aberrantes de la explotación sexual, de la prostitución, etcétera”.

El cuatro eje del análisis de Fray Nelson es el que va entre la virtualidad y la realidad: “¿Qué sucede en la persona, qué sucede en el espectador, que mira capítulo tras capítulo del 'Juego del Calamar'? Pues está viendo cómo estos gladiadores se están despedazando unos a otros, cómo mueren unos a otros, como su muerte se convierte en un espectáculo y se convierte en el escalón necesario para subir al siguiente nivel”, dijo.

El sacerdote dominico señaló que el quinto y final eje de su análisis de El Juego del Calamar es el de la descripción y la producción: “Para los realizadores y productores y directores de esta serie, en el fondo se trata de una descripción de lo que de aquello en lo que se ha convertido la vida humana. Entonces, al presentar una realidad sin alternativa, ¿no se le está dando también fuerza a esa realidad? Es decir, ¿no es éste un modo de afianzar una lógica, afianzar una manera de ser?”, cuestionó.

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