La catedral de la Almudena contará con una capilla dedicada a Juan Pablo II, templo que conoció en 1993

El Cabildo de la catedral madrileña ha dado luz verde al proyecto que supondrá un coste de 200.000 euros. La capilla tendrá carácter penitencial, al contar con un confesionario

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Juan Pablo II estuvo en tres ocasiones durante su Pontificado en Madrid. En la segunda de ellas, en 1993, lo hizo para canonizar al fundador de la Congregación de Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, Enrique Ossó en la catedral de la Almudena.

Tres décadas más tarde el templo madrileño contará a partir del próximo curso con una capilla dedicada al Papa polaco, tal y como ha decidido el Cabildo, que ha dado luz verde a un proyecto del estudio de arquitectura Cano y Escario.

La capilla se ubicará junto a la sacristía mayor y será una forma de recordar la estrecha relación de Karol Wojtyla con la capital de España, y que tendrá carácter penitencial, ya que contará un confesionario.

El proyecto está integrado por distintos elementos como la madera de cedro, en referencia al amor de san Juan Pablo II por la naturaleza; una gran piedra que habla del primado de Pedro; varias imágenes del propio Pontífice, o una ampolla con su sangre.

La iniciativa, cuyo coste asciende a 200.000 euros, ha sido sufragada inicialmente con fondos propios del Cabildo, pero ya se ha habilitado una cuenta y en la web se incluirán otros métodos de donación para que todos los fieles puedan hacer su contribución.

Los detalles de la capilla dedicada al Papa Juan Pablo II

  • 1.115 metros lineales de madera de cedro, que recuerda el compromiso de la Iglesia con la creación y la pasión de Karol Wojtyla por los bosques y las montañas.
  • La roca, de más de una tonelada de mármol negro marquina, remite al primado de Pedro y a la continuidad apostólica.
  • El banco central nace de la piedra natural y, ya pulido y en forma de barca, es signo de la Iglesia. En la proa se sitúa un cirio: es el cirio pascual, Cristo resucitado.
  • Tres lámparas suspendidas del techo iluminan la capilla: aluden a la Santísima Trinidad.
  • Los pórticos de madera, separados entre sí, transparentan la capilla originaria: es la Iglesia en marcha, en tradición y vibrantemente actual.
  • Tras la foto oficial de san Juan Pablo II hay un confesionario; se mantiene el carácter penitencial de la capilla.
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