La Santa Sede advierte del peligro de que los derechos humanos sigan "modas" o "ideologías imperantes"

El Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Gallagher ha defendido el carácter inalienable de los derechos humanos como el derecho a la vida

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El Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, ha alertado a las Naciones Unidas del riesgo de que los derechos humanos sean susceptibles de seguir "modas" o "ideologías imperantes" si se "tergiversa su significado" y pone como ejemplo las leyes que aprueban el "suicidio asistido" o el aborto que acaba "con la vida de los niños no nacidos".

"Cualquier práctica o sistema que trate los derechos de forma abstracta -separados de los valores preexistentes y universales- corre el riesgo de socavar su razón de ser, y en tal contexto, las instituciones de derechos humanos se vuelven susceptibles a las modas, visiones o ideologías imperantes", ha advertido Gallagher en un vídeo mensaje dirigido a las Naciones Unidas con ocasión de la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH), que comenzó este lunes en Ginebra (Suiza).

El periodo de sesiones, de cuatro semanas de duración y celebrado de forma virtual debido a la emergencia sanitaria, inicia con una reunión de alto nivel de tres días de duración en la que jefes de Estado y de gobierno, así como embajadores y otros representantes se dirigirán al consejo por vídeo.

El arzobispo Gallagher ha defendido el carácter inalienable de los derechos humanos como el derecho a la vida que, según ha dicho, "antes de ser un derecho, es ante todo un bien que debe ser valorado y protegido".

De este modo, ha apuntado el "riesgo real" que existe de "socavar el valor que un derecho pretende defender cuando se separa de su base fundamental", señalando, por ejemplo, el precedente en las observaciones generales del Comité de Derechos Humanos sobre el derecho a la vida, que "lejos de proteger la vida y la dignidad humanas, tergiversa su significado para implicar el derecho al suicidio asistido y a acabar con la vida de los niños no nacidos".

Gallagher ha reivindicado los avances sociales en "la lucha contra los actos de tortura, las desapariciones forzadas y la pena de muerte; y con la protección de los ancianos, los emigrantes, los niños y la maternidad" al tiempo que ha advertido de que en un contexto de "derechos desprovistos de valores" los sistemas pueden imponer "obligaciones o sanciones que nunca fueron previstas por los Estados partes, lo que puede contradecir los valores que se supone que deben promover".

El prelado ha añadido que incluso "pueden atreverse a crear los llamados 'nuevos' derechos que carecen de un fundamento objetivo, alejándose así de su propósito de servir a la dignidad humana".

Sobre las restricciones a ciertas libertades ciudadanas adoptadas por las autoridades públicas para hacer frente ante la actual pandemia de Covid-19, ha señalado que solo "deben provenir de una situación de estricta necesidad". "Cualquier limitación impuesta en una situación de emergencia, ha insistido, debe ser proporcional a la situación, aplicada de forma no discriminatoria y utilizada sólo cuando no haya otros medios disponibles", ha señalado.

Por último, el arzobispo Gallagher ha reiterado la urgencia de proteger el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, señalando en particular que "las creencias religiosas, y la expresión de las mismas, constituyen el núcleo de la dignidad de la persona humana en su conciencia".

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