La Santa Sede recuerda que el encuentro entre diferentes culturas "puede llevar a un enriquecimiento mutuo"

El Cardenal Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes, ha vuelto a indicar los cuatro verbos fundamentales para el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar

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"La nueva Encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti, se dirige directamente a las alegrías y esperanzas, las penas y las angustias de los migrantes, los refugiados y todas las personas desplazadas y marginadas. El corazón de la Encíclica es un llamado a una mayor hermandad y amistad social entre todos los pueblos y naciones". Esto es lo que escribe el cardenal Michael Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, en el recién creado blog de la Comisión Católica Internacional de Migración (ICMC).

La reflexión del cardenal, titulada "Fratelli tutti y la llaga de los desplazados", retoma los pasajes clave del documento, pidiendo "una fraternidad abierta, que permita reconocer, apreciar y amar a cada persona más allá de la proximidad física, más allá del lugar del mundo en el que nació o en el que vive".

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Derecho a una vida digna

Según el cardenal Czerny, "toda persona tiene derecho a una vida digna y a un desarrollo integral en su país de origen". "Esto pone en tela de juicio la responsabilidad de todo el mundo, ya que hay que ayudar a los estados más pobres a desarrollarse" afirma el cardenal.

La inversión que necesitan", continúa el purpurado, "no es sólo en el desarrollo económico sostenible, sino también y esencialmente en la lucha contra la pobreza, el hambre, las enfermedades, la degradación del medio ambiente y el cambio climático".

Acoger, proteger, promover e integrar

El Subsecretario de la Sección de Migrantes del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral indica entonces la "respuesta moral" adecuada a todos los que se ven obligados a huir: "se puede resumir en cuatro verbos activos: acoger, proteger, promover e integrar". Pero hay numerosos obstáculos que surgen en el camino de los migrantes y refugiados. Obstáculos nacidos de "una mentalidad xenófoba que no es compatible con el cristianismo".

Siguiendo las directrices de la encíclica, el cardenal Michael Czerny señala varias formas de abrir las puertas a aquellos que han huido de las crisis humanitarias y se han convertido en nuestros nuevos vecinos.

Esto incluye aumentar y simplificar la concesión de visados, adoptar programas de patrocinio privado y comunitario, abrir corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables y ofrecer una vivienda adecuada y decente. También es crucial "garantizar la seguridad personal, el acceso a los servicios esenciales y la justicia, a la vez que se les ofrece libertad de movimiento, la oportunidad de trabajar; proteger a los menores y asegurar su acceso regular a la educación".

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Esfuerzo común

Fratelli tutti - destaca el cardenal - afirma claramente que los estados individuales, actuando por su cuenta, no pueden adoptar soluciones adecuadas. "Se necesita un esfuerzo concertado a nivel mundial, como el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, celebrado en 2018, porque las respuestas sólo pueden ser el resultado de un trabajo conjunto, que dé lugar a una legislación (gobernanza) mundial para la migración".



El regalo del encuentro entre culturas

Asimismo, el purpurado señala en su reflexión que es el propio Papa Francisco quien define como "un regalo" el encuentro entre diferentes culturas, como el que surge de la migración.

"Un encuentro que puede llevar a un enriquecimiento mutuo, y como ejemplos concretos, el Papa menciona el enriquecimiento cultural provocado por la migración de latinos a los Estados Unidos y por la migración italiana a su país de origen, la Argentina".

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