Críticas al Primer Mundo y numerosas alertas climáticas: los 10 mensajes del Papa en la Laudate Deum

En su nueva Exhortación Apostólica, Francisco critica el negacionismo y reprocha a los países desarrollados pensar en sus intereses nacionales por encima del bien común

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Ocho años después de que el Papa Francisco publicara su encíclica 'Laudato SI' en el que alertaba sobre los efectos del cambio climático a causa de la acción humana, este miércoles, 4 de octubre, ha actualizado este documento con una nueva Exhortación Apostólica llamada 'Laudate Deum'.

En este texto, el Pontífice argentino hace un repaso de lo que ha ido sucediendo en los últimos ocho años, desde la publicación en 2015 de la encíclica 'Laudato SI', recordando algunos de los acuerdos que se han ido adoptando en las sucesivas cumbres por el clima, o poniendo el foco en los fenómenos extremos que se han producido en la última década, con episodios de sequías, olas de calor o inundaciones que han ido acrecentando la brecha entre países.

A continuación, ofrecemos en ECCLESIA las diez claves que deja la nueva exhortación apostólica 'Laudate Deum' del obispo de Roma.

Críticas a los negacionistas del cambio climático

El Papa Francisco se ha mostrado crítico en 'Laudate Deum' con las personas que estos años han pretendido “burlarse de esta constatación”, y lamenta que hayan recurrido a supuestos datos científicamente sólidos, “como el hecho de que el planeta siempre tuvo y tendrá períodos de enfriamiento y de calentamiento”.

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Para el Papa, esta corriente negacionista del cambio climático olvida aspectos importantes, como “la inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo”, ha advertido.

“El aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares pueden ser fácilmente percibidos por una persona a lo largo de su vida, y probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos”, ha recordado.

Defensa de los países subdesarrollados

El obispo de Roma ha lamentado en esta nueva exhortación apostólica que se responsabilice a los pobres del calentamiento global, supuestamente provocado por dar a luz a muchos hijos. Para el Santo Padre, no es concebible la corriente que pretende resolver esta cuestión “mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres”.

Francisco echa por tierra este argumento, y asegura que es el Primer Mundo el que contamina con una emisión per cápita de los países más desarrollados muy superior a la de los más pobres. “¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?”, se ha cuestionado el Papa en 'Laudate Deum'.

Desmiente las tesis económicas que advierten de los riesgos de reducir los combustibles fósiles

El Sucesor de Pedro ha puesto en tela de juicio el argumento de que los esfuerzos por mitigar el cambio climático, reduciendo el uso de combustibles fósiles y desarrollando formas de energía más limpias, provocará una reducción de los puestos de trabajo.

En contraposición a esta teoría, el Papa Francisco defiende que millones de personas pierden sus puestos de trabajo como consecuencia del calentamiento global, como el aumento del nivel del mar, las sequías y otros muchos fenómenos que afectan al planeta: “Han dejado a mucha gente a la deriva”.

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Asimismo, sostiene en el documento que la transición hacia formas renovables de energía “son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello”, ha precisado.

Alerta sobre los aspectos perniciosos de los avances tecnológicos

El Pontífice argentino ha alertado que no debemos admirar todo lo que hacemos llamar progreso, por lo que reclama “prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo”.

En este sentido, ha hecho alusión a la inteligencia artificial y las últimas novedades tecnológicas que parten de la idea de un ser humano sin límites, cuyas capacidades y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias a la tecnología.

Frente a esta teoría, Francisco alerta que los recursos naturales que requiere la tecnología no son ilimitados, pero considera que el mayor problema es la ideología que solo persigue acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable.

Reivindicación de la relación de los indígenas con el medio ambiente

El Sucesor de Pedro afirma en la exhortación apostólica que un ambiente sano “también es producto de la interacción del ser humano con el ambiente, como ocurre en las culturas indígenas y como ha ocurrido durante siglos en distintas regiones de la tierra”.

Francisco acepta que esos grupos humanos se remodelen, pero sin destruirlo ni ponerlo en peligro: “El gran problema actual es que el paradigma tecnocrático ha destrozado esta sana y armónica relación. De todos modos, la indispensable superación de ese paradigma tan dañino y destructivo no se encontrará en una negación del ser humano, sino que incluye la interacción de los sistemas naturales con los sistemas sociales”, opina el Santo Padre.

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El marketing, instrumento de los poderes para arrasar tierras

Francisco también hace alusión a los abusos de poder por parte de las élites, disfrazadas a través del marketing y las informaciones falsas, lo que trae consigo a su juicio una “decadencia ética del poder real” y que se utilizan como instrumentos para “incidir en la opinión pública a través de ellos”.

En esta lógica del marketing y las informaciones falsas, el Papa denuncia que los poderes ilusionan a los pobladores de una determinada zona hablándoles del progreso local que podrá generarse o de las posibilidades económicas, laborales y de promoción humana que esto significará para sus hijos.

“En realidad no parece interesarles de verdad el futuro de estas personas, porque no se les dice con claridad que detrás de ese emprendimiento quedarían una tierra arrasada; unas condiciones mucho más desfavorables para vivir y prosperar; una región desolada, menos habitable, sin vida y sin la alegría de la convivencia y de la esperanza; además del daño global que termina perjudicando a muchos más”.

Dar respuesta a los nuevos desafíos ambientales y sociales

En la Exhortación Apostólica 'Laudate Deum', el Sucesor de Pedro reclama un marco diferente de cooperación efectiva, en la que no solo se debe pensar en los equilibrios de poder ,sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común.

“Se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan asegurar esta tutela mundial. Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz”, se puede leer en el documento papal.

Mayor 'democratización' mundial

Al hilo del punto anterior, Francisco demanda mayores espacios de “conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión, y en definitiva una suerte de mayor democratización en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones”.

De esta manera, sostiene el Papa,, no servirá “sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos”, asevera.

Decepción por los resultados de las cumbres climáticas

En su exhortación apostólica, el Pontífice ha lamentado que las sucesivas cumbres climáticas celebradas desde la encíclica 'Laudato SI' en 2015, han tenido “un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos”.

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En este sentido, el Papa Francisco subraya que no se podrá avanzar de manera significativa en el cuidado ambiental si prevalecen los intereses nacionales por encima del bien global: “Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad”, ha advertido.

El cuidado del medio ambiente es de todos

Pese a que Francisco reconoce que las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional, el Papa remarca que todo suma.

Por ello, el Santo Padre pide el esfuerzo de todos, ya que “evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global ya puede ser suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas”.

En cualquier caso, recuerda que “no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas”, señala.

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