Francisco pide a quienes explotan ilegalmente el Congo “que “escuchen el grito de sangre” de sus gentes

El Papa se ha encontrado con las víctima de la violencia en el Congo, a quienes piden reconciliación y esperanza: ". La fe lleva consigo una nueva idea de justicia"

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El Papa Francisco se ha encontrado con las víctima de la violencia en el Congo en una zona del país martirizada como es el este el país africano, donde los asesinatos, mutilaciones o secuestros están a la orden del día. Una ola de violencia que asola al país y de la que solo cabr “llorar permaneciendo en silencio”, tal y como ha expresado el Santo Padre.

En su discurso, Francisco ha lamentado que esta situación crítica que viven los ciudadanos de lugares como Bunia, Beni-Butembo, Goma, Masisi, Rutshuru, Bukavu o Uvira están olvidados completamente por los medios de comunicación internacionales, pese a ser “rehenes por la arbitrariedad del más fuerte, por el que posee las armas más potentes, armas que siguen circulando”, ha señalado.

En este sentido, el obispo de Roma ha hecho hincapié en la cercanía hacia su gente: “Sus lágrimas son mis lágrimas, su dolor es mi dolor. A cada familia en luto o desplazada a causa de poblaciones incendiadas y otros crímenes de guerra, a los sobrevivientes de agresiones sexuales, a cada niño y adulto herido, les digo: estoy con ustedes, quisiera traerles la caricia de Dios. Su mirada tierna y compasiva se posa sobre ustedes. Mientras los violentos los tratan como objetos, el Padre que está en los cielos mira su dignidad y le dice a cada uno”, ha precisado.

“Es la guerra desatada por una insaciable avidez de materias primas y de dinero”

El Santo Padre ha calificado de vergonzoso tanta inseguridad, violencia y guerra que golpean trágicamente a tanta gente, “alimentadas no sólo por fuerzas externas, sino también internas, por intereses y para obtener ventajas”.

El Papa ha recordado que estos conflictos han obligado a millones de personas a abandonar sus hogares y proyectos de vida, lo que a su vez deriva en un deterioro del tejido socio-económico del país africano: “Es la guerra desatada por una insaciable avidez de materias primas y de dinero, que alimenta una economía armada, la cual exige inestabilidad y corrupción. Qué escándalo y qué hipocresía: la gente es agredida y asesinada, mientras los negocios que causan violencia y muerte siguen prosperando”, ha alertado el Pontífice argentino.

Por ello, el Papa ha pedido a quienes se están enriqueciendo por medio de la explotación ilegal de los bienes del Congo, que “escuchen el grito de su sangre, presten atención a la voz de Dios, que los llama a la conversión y escuchen la voz de su conciencia: hagan callar las armas, pongan fin a la guerra. ¡Basta! ¡Basta de enriquecerse a costa de los más débiles, basta de enriquecerse con recursos y dinero manchado de sangre!”, ha demandado.

“Predicar el odio es una blasfemia”

Al hilo de esta petición, Francisco ha instado al pueblo congolense a que no se dejen seducir “por personas o grupos que incitan a la violencia en su nombre”, y recueda que Dios pide paz y no guerra: “Predicar el odio es una blasfemia, y el odio siempre corroe el corazón del hombre. El que vive de la violencia, en efecto, nunca vive bien; piensa que salva su vida y, en cambio, es devorado por un torbellino de mal que, llevándolo a combatir a los hermanos y a las hermanas con los que ha crecido y vivido durante años, lo mata por dentro”, ha argumentado.

Francisco ha demandado además al pueblo del Congo que no se resigne a la violencia y al mal, para así combatir el desaliento y la desconfianza “que llevan a creer que es mejor recelar de todos, vivir separados y distantes, en vez de darse la mano y caminar juntos”.

“Nuevamente, en nombre de Dios, reitero la invitación para que cuantos viven en la República Democrática del Congo no bajen los brazos, sino que se esfuercen por construir un mundo mejor. Un futuro de paz no caerá del cielo, pero será posible si se destierra de los corazones el fatalismo resignado y el miedo de involucrarse con los demás”, considera el Papa.

“Responder al mal con el bien, al odio con el amor, a la división con la reconciliación”

Así las cosas, Francisco ha pedido a los ciudadanos del país africano iniciar un proceso de reconciliación repudiando las guerras y obviando las diferencias: “Hagan como los árboles, que absorben contaminación y devuelven oxígeno. Responder al mal con el bien, al odio con el amor, a la división con la reconciliación. La fe lleva consigo una nueva idea de justicia, que no se conforma con castigar y renunciar a la venganza, sino que quiere reconciliar, desactivar nuevos conflictos, extinguir el odio, perdonar”, ha señalado.

Para lograrlo, el Pontífice ha pedido al Congo esperanza, que no es otra cosa que Jesús: “Con Él, cada tumba puede transformarse en una cuna, cada calvario en un jardín pascual. Con Jesús nace y renace la esperanza; para quien ha sufrido el mal e, incluso, para quien lo ha cometido. Hermanos, hermanas del oriente del país, esta esperanza es para ustedes, tienen derecho a ella. Pero también es un derecho que debe ser conquistado. ¿Cómo? Sembrándola cada día, con paciencia”, ha pedido.

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