El Papa Francisco agradece la labor de las asociaciones que acogen a los menores víctimas de los abusos

El Santo Padre ha recibido en el Vaticano a representantes de la Asociación Meter, volcada desde 1989 en la protección y defensa de las víctimas del maltrato

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El Papa Francisco se ha reunido este sábado en la Sala Clementina del Vaticano con algunos representantes de la Asociación Meter, volcada desde 1989 en la protección y defensa de los niños abusados y maltratados. La asociación fue fundada por Mons. Antonio Staglianò y don Fortunato Di Noto, figuras comprometidas en la lucha contra la pedofilia en Italia y en otros países "cuando pocos hablaban de esta lacar", tal y como ha recordado el Santo Padre.

Francisco les ha agradecido su labor por hacer visible el amor de la Iglesia por los más pequeños e indefensos: “¿Cuántas veces, como el buen samaritano del Evangelio, habéis tendido la mano con respeto y compasión, para acoger, consolar y proteger? ¡Cuántas heridas espirituales habéis atado!” y por todo ello, el Papa les asegura que la comunidad eclesial “les está agradecida”.


La Asociacion Meter es “un hogar de esperanza”


Después, el Papa ha comparado Asociación con una casa: “Cuando decimos "hogar" pensamos en un lugar de acogida, de refugio, de custodia. La palabra "hogar" tiene un sabor típicamente familiar, que evoca el calor, el afecto y la ternura que se pueden experimentar en una familia, especialmente en momentos de angustia y dolor. Y ustedes han sido y son el "hogar" de tantos niños cuya inocencia ha sido violada o esclavizada por el egoísmo de los adultos”. El Papa además puntualiza que han sido y son “una casa de esperanza, alentando en muchas víctimas un camino de liberación y redención”.


Desgraciadamente los abusos contra los niños continúan


El Santo Padre ha asegurado que el trabajo de la asociación Meter “es más necesario que nunca porque, desgraciadamente, los abusos contra los niños continúan”, puntualizando que se refiero, en particular, “a las solicitudes que se realizan a través de Internet y de los distintos medios sociales, con páginas y portales dedicados a la pornografía infantil”. “Se trata de una lacra que, por un lado, requiere ser abordada con renovada determinación por parte de las instituciones públicas y, por otro, requiere una concienciación aún mayor por parte de las familias y de los distintos organismos educativos”.


Acabar con la vieja costumbre de “tapar”


Durante su discurso, el Santo Padre ha recordado que hoy en día vemos cómo, a menudo, en las familias, la primera reacción es tapar todo. Y en otras instituciones, incluso en la Iglesia, siempre está ahí. “Tenemos que luchar con esta vieja costumbre de encubrir” ha exhortado el Papa.

Además, Francisco ha tachado al maltrato infantil de "asesinato psicológico" y en muchos casos – dice – es un “borrado de la infancia”. Por lo tanto, el Papa insiste en que la protección de los niños contra la explotación sexual “es un deber de todos los Estados, que deben identificar tanto a los traficantes como a los abusadores” y hace un llamamiento a la “denuncia” y “prevención” de esa explotación en los distintos ámbitos de la sociedad: la escuela, el deporte, las actividades recreativas y culturales, las comunidades religiosas y los individuos.


El logotipo de Meter tiene un significado especial


Por último, el Papa ha analizado el logotipo de la Asociación, el cual, dice, “está formado por una gran letra "M" que recuerda la idea de vientre, acogida, protección y abrazo a los más pequeños”. Y dentro de la "M" hay doce estrellas, símbolo de la corona de la Virgen María, Madre de Jesús y madre de todos los niños. “Ella, madre solícita, toda ella empeñada en amar a su Hijo Jesús, es un modelo y una guía para toda la Asociación, animándonos a amar con caridad evangélica a los niños víctimas de la esclavitud y la violencia” ha dicho el Pontífice. De hecho – continúa – “la caridad con el prójimo es inseparable de la caridad que Dios tiene con nosotros y que nosotros tenemos con él, por eso os exhorto a enraizar siempre vuestra actividad cotidiana en la relación diaria con Dios: en la oración personal y comunitaria, en la escucha de su Palabra y, sobre todo, en la Eucaristía, sacramento de unidad y vínculo de caridad”.



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