El Papa Francisco alerta sobre los "tranquilizantes del alma" que proporcionan el consumismo y el placer

En la misa de la Epifanía del Señor, el Papa alerta a los fieles que si los Reyes Magos hubiesen acomodado su corazón como hacemos tantas veces, no hubieran encontrado al Señor

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El Papa Francisco ha alertado contra los "tranquilizantes del alma" que proporcionan el consumismo y el placer, diseñados "para sedar nuestra inquietud". Así lo ha indicado durante la misa de la Epifanía por los Reyes Magos que ha presidido en la basílica de San Pedro.

"El clima que respiramos cada día ofrece tranquilizantes del alma, sustitutos para sedar nuestra inquietud y apagar esas preguntas, desde los productos del consumismo a las seducciones del placer, desde los debates sensacionalistas hasta la idolatría del bienestar; todo parece decirnos: no pienses mucho, deja que pasen, disfruta la vida", ha advertido el Pontífice argentino durante la homilía.

Asimismo, nos ha hecho caer en la cuenta que con frecuencia “buscamos acomodar el corazón en la caja fuerte de la comodidad, pero si los Magos hubiesen hecho esto no habrían encontrado nunca al Señor. Dios, sin embargo, vive en nuestras preguntas inquietas". En este sentido, el Santo Padre ha recalcado que el peligro está en "sedar el corazón y sedar el alma hasta que no haya más inquietudes”.

Su homilía precisamente versaba sobre la importancia de las preguntas, como las que según las Escrituras se hicieron los Reyes Mayos para partir desde Oriente hasta Belén para adorar al Niño. Francisco ha parafraseado a su predecesor, Benedicto XVI, cuando hacía mención al recorrido de Melchor, Gaspar y Baltasar siguiendo la estrella, y que para Ratinger "era expresión de su estar interiormente en camino, de la peregrinación interior de sus corazones".

Este pasaje bíblico, ha sostenido el Papa Francisco, demuestra que "la fe es un camino y un peregrinaje" que parte de "la inquietud de las preguntas", del "riesgo del camino" y "del asombro de la adoración".

"La fe, si permanece estática, no crece; no podemos reducirla a una mera devoción personal o confinarla entre los muros de los templos, sino que es necesario manifestarla, vivirla marchando de forma constante hacia Dios y hacia los hermanos", ha agregado.

Bergoglio ha lamentado que "muchas veces" se reza para pedir cosas a Dios pero no para adorar en silencio: "Hemos perdido el sentido de adorar porque hemos perdido la comprensión de la inquietud y el coraje para seguir adelante con el riesgo del camino", ha aseverado.

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