El Papa Francisco asegura ante representantes de 'Deloitte' que el mundo vive una crisis grave desde 2007

El Santo Padre ha remarcado que vivimos en un mundo globalizado e interconectado, pero ello no impide que "la pobreza, la injusticia y la desigualdad permanezcan"

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El Papa Francisco ha alertado que el mundo vive en una continua crisis desde el año 2007. Ante los miembros de la consultoría internacional 'Deloitte Global', el Santo Padre ha remarcado que vivimos en un mundo globalizado e interconectado, pero ello no impide que “la pobreza, la injusticia y la desigualdad permanezcan”.

Unos problemas, ha expresado el obispo de Roma, que se acentuó a raíz de la gran recesión de 2007, que provocó un aumento de la deuda pública, y que luego vino acompañado de diversas desgracias como la covid-19, la guerra de Ucrania o el cambio climático. Unos males endémicos que genera una pobreza en el que “mientras una parte de los hombres y las mujeres mejoraban su vida cotidiana, otra parte sufría elecciones sin escrúpulos, convirtiéndose en las principales víctimas de una especie de contra-desarrollo", ha sostenido.

En este escenario, se cuestionaba el Papa, “¿cómo puede un consejero, un coordinador de consejeros, un profesional con experiencia ayudar a revertir o al menos corregir el rumbo? ¿Cómo pueden emprender su trabajo de manera que puedan caminar hacia un mundo más habitable, más justo y más fraternal?".

El Santo Padre ofrecía como respuesta a estas preguntas “la conciencia de que se puede dejar huella en virtud del poder de una empresa como 'Deloitte', siempre que haya “voluntad de orientar sus análisis y propuestas hacia opciones coherentes con el paradigma de la ecología integral”.

Por otro lado, el Papa ha sugerido asumir y ejercer su responsabilidad cultural, entendida como "asegurar una adecuada calidad profesional, y también una calidad antropológica y ética que les permita sugerir respuestas coherentes con la visión evangélica de la economía y la sociedad, es decir, con la doctrina social católica".

La tercera sugerencia es, por tanto, "valorar la diversidad". Las instituciones, las empresas, los bancos, las asociaciones, los movimientos y todos los organismos creados por el hombre "tienen derecho, si se gestionan honesta y correctamente, a poder salvaguardar y desarrollar su propia identidad", dice el Papa Francisco, hablando de "biodiversidad empresarial". Es decir, la "garantía de la libertad de empresa y de la libertad de elección de los clientes, consumidores, ahorradores e inversores"; y también como "condición indispensable de la estabilidad, del equilibrio, de la riqueza humana".

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