El Papa, a los obispos y sacerdotes de Eslovaquia: "La Iglesia sea una fuente de esperanza para las personas"

El Santo Padre ha visitado la Catedral de San Martín en Bratislava donde se ha reunido con los obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y catequistas del país

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En el marco de su viaje apostólico a Eslovaquia, el Papa Francisco ha visitado este lunes la Catedral de San Martín en Bratislava en donde se ha reunido con los obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y catequistas del país.

La Catedral de San Martín es la actual sede episcopal de la Archidiócesis de Bratislava, se localiza en el borde del centro histórico, donde se encontraban las murallas fortificadas de la ciudad. Tras el discurso a la presidenta del País, Zuzana Caputova, el Santo Padre ha dirigido su segundo discurso del día a los obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y catequistas del país.

Vengo como vuestro hermano y por eso me siento uno de ustedes. Estoy aquí para compartir su camino, sus preguntas, los anhelos y las esperanzas de esta Iglesia y de este país. Este era el estilo de la primera comunidad cristiana: eran perseverantes y estaban unidos, caminaban juntos” ha dicho en primer lugar el Santo Padre.



El Papa ha pedido ser “una Iglesia que camina unida, que recorre los caminos de la vida con la llama del Evangelio encendida. La Iglesia no es una fortaleza, una potencia, un castillo situado en alto que mira el mundo con distancia y suficiencia. Aquí en Bratislava el castillo ya existe, ¡y es muy hermoso! Pero la Iglesia es la comunidad que desea atraer hacia Cristo con la alegría del Evangelio, es la levadura que hace fermentar el Reino del amor y de la paz en la masa del mundo. Por favor, no cedamos a la tentación de la magnificencia, de la grandeza mundana. La Iglesia debe ser humilde como Jesús, que se despojó de todo, que se hizo pobre para enriquecernos”.



El obispo de Roma he pedido adentrarse “en la vida real de la gente y preguntémonos: ¿cuáles son las necesidades y las expectativas espirituales de nuestro pueblo? ¿Qué se espera de la Iglesia? A mí me parece importante intentar responder a estas preguntas y me vienen a la mente tres palabras”.

La primera de las palabras es libertad: “Sin libertad no hay verdadera humanidad, porque el ser humano ha sido creado libre para ser libre. Los periodos dramáticos de la historia de su país son una gran enseñanza: cuando la libertad fue herida, violada y asesinada; la humanidad fue degradada y se abatieron sobre ella las tormentas de la violencia, de la coacción y de la privación de los derechos”.



El Santo Padre ha advertido que “una Iglesia que no deja espacio a la aventura de la libertad, incluso en la vida espiritual, corre el riesgo de convertirse en un lugar rígido y cerrado. Tal vez algunos están acostumbrados a esto; pero a muchos otros —sobre todo en las nuevas generaciones— no les atrae una propuesta de fe que no les deje su libertad interior, una Iglesia en la que sea necesario que todos piensen del mismo modo y obedezcan ciegamente”.

Asimismo, el Papa ha pedido a la Iglesia “ser una “fuente” de esperanza en la vida de las personas. Lo digo sobre todo a los Pastores: ustedes ejercitan el ministerio en un país en el que muchas cosas han cambiado rápidamente y muchos procesos democráticos se han iniciado, pero la libertad todavía es frágil. Lo es sobre todo en el corazón y en la mente de las personas. Por eso los animo a hacerlas crecer libres de una religiosidad rígida”.

La segunda palabra según el Papa Francisco es creatividad: “Su experiencia religiosa encuentra un manantial en la predicación y el ministerio de las figuras luminosas de los santos Cirilo y Metodio. Ellos nos enseñan que la evangelización no es nunca una simple repetición del pasado. La alegría del Evangelio siempre es Cristo, pero las sendas para que esta buena noticia pueda abrirse camino en el tiempo y en la historia son diversas”.

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El Papa ha recordado que estos dos santos “fueron inventores de nuevos lenguajes para transmitir el Evangelio, fueron creativos en la traducción del mensaje cristiano, estuvieron tan cerca de la historia de los pueblos que encontraban, que hasta llegaron a hablar su lengua y asimilar su cultura. ¿No necesita esto Eslovaquia también hoy? ¿No es esta quizá la tarea más urgente de la Iglesia en los pueblos de Europa: encontrar nuevos “alfabetos” para anunciar la fe?

Francisco ha subrayado que estos dos hermanos “tuvieron muchos obstáculos y persecuciones, ustedes lo saben. Fueron acusados de herejía porque se habían atrevido a traducir la lengua de la fe. Así es la ideología que nace de la tentación de uniformar. Pero la evangelización es un proceso de inculturación, es semilla fecunda de novedad, es la novedad del Espíritu que renueva todas las cosas”.

Y la tercera palabra es diálogo: “Una Iglesia que forma en la libertad interior y responsable, que sabe ser creativa adentrándose en la historia y en la cultura, es también una Iglesia que sabe dialogar con el mundo, con el que confiesa a Cristo sin que sea “de los nuestros”, con el que vive la fatiga de una búsqueda religiosa, también con el que no cree”.



“Una comunidad que, anunciando el Evangelio del amor, hace brotar la comunión, la amistad y el diálogo entre los creyentes, entre las diferentes confesiones cristianas y entre los pueblos. La unidad, la comunión y el diálogo siempre son frágiles, especialmente cuando en el pasado hay una historia de dolor que ha dejado cicatrices. El recuerdo de las heridas puede hacer caer en el resentimiento, en la desconfianza, incluso en el desprecio, induciendo a levantar barreras ante el que es distinto de nosotros” ha afirmado el Santo Padre.

El Papa Francisco ha recordado un detalle de la historia del card. Korec, un cardenal jesuita, perseguido por el régimen, encarcelado, obligado a trabajar duramente hasta que se enfermó: “Cuando vino a Roma para el Jubileo del año 2000, fue a las catacumbas y encendió una vela por sus perseguidores, pidiendo misericordia para ellos. ¡Este es el Evangelio! Crece en la vida y en la historia por medio del amor humilde y paciente”.

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