La reacción del Papa al recibir la medalla de oro de la hermandad malagueña del Santo Entierro
Con motivo de los 450 años de su fundación, una delegación de la Hermandad de Ronda ha peregrinado a Roma, donde este sábado participan en la festivididad de San Pedro y San Pablo
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La Real Hermandad del Santo Entierro de Ronda ha sido protagonista esta semana en el Vaticano, después de que entregaran al Papa Francisco la medalla de oro de la hermandad malagueña, que este año celebra el 450 aniversario de su fundación.
Fue el pasado miércoles, tras la audiencia general del Pontífice, cuando el Hermano Mayor de la cofrafía, Migel Ángel Becerra, le entregara al obispo de Roma esta distinción, quien se mostraba agradecido por el obsequio. Además, el Santo Padre plasmó su nombre en el libro de firmas del 450 aniversario fundacional de la hermandad rondeña.
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Así se fraguó la peregrinación de la hermandad de Ronda a Roma
Un encuentro que tendrá su continuidad este sábado, 29 de junio, coincidiendo con la festividad de San Pedro y San Pablo, cuando los representantes de la Hermandad del Santo Entierro de Málaga participen en la Misa de la Basílica de San Pedro presidida por el Papa.
La peregrinación de la hermandad malagueña a Roma está compuesta por un total de sesenta personas. La iniciativa de otorgarle la medalla de Oro de la Hermandad al Papa Francisco viene justificada por dicha peregrinación y para tener un acercamiento más directo con el Santo Padre, haciéndolo partícipe de la celebración de este 450 aniversario y darle a conocer la Hermandad de primera mano.
El pasado viernes 24 de Mayo, el Cabildo lo aprobó por unanimidad, siendo el siguiente paso el certificado por parte de la Autoridad Eclesial, en este caso por el consiliario párroco Francisco Sánchez Sánchez, el cual consideró muy favorablemente dicho ofrecimiento hacia el Sucesor de Pedro.
Durante la estancia de La Real Hermandad del Santo Entierro de Ronda en Roma, han visitado lugares de gran atractivo turístico y espiritual como la Basílica de San Pablo Extramuros y la de San Juan de Letrán, así como la majestuosa Iglesia de la Santa Cruz en Jerusalén donde se encuentran varias reliquias de la Pasión de Cristo, entre ellas partes de la cruz de Jesucristo, espinas de la corona de espinas o en título INRI de la Cruz, traídos todos por Santa Elena en el siglo IV d.C.
