La Red CLAMOR pide proteger a la población en los países de Sudamérica: "Muchos son víctimas de masacres"

La institución ha emitido un comunicado con motivo de la Jornada Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. En él denuncia el desamparo que sufren muchas familias

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La Red CLAMOR (Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas) ha publicado un mensaje denunciando que todavía se producen desapariciones en el continente. La misiva ha sido publicada con motivo de la Jornada Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que se celebra anualmente cada 30 de agosto.

El comunicado, firmado por Mons. Gustavo Rodríguez, arzobispo de Yucatán (México), explica que muchas personas sufren esta condición, esperando alguna noticia sobre sus seres queridos: "Son miles de madres, padres, hermanos, hermanas, hijos e hijas que esperan que un día su ser querido entre por la puerta de su casa y le diga 'Aquí estoy. Estoy bien y les extrañé mucho'".



El comunicado destaca que "Son muchas las rutas y diversas las formas de emigración irregular, pero todas llenas de riesgos y entre ellos, la desaparición y muerte".

Además, respecto a la situación que sufre México sobre la desaparición de personas, el prelado advierte que "muchas fueron victimas de masacres, otras, quizás, están entre los restos no identificados y, muchas, muchas más son las de quien no se tiene ninguna pista".

Solidaridad, denuncia y exigencia de justicia

Además de mostrar su cercanía con las víctimas de desapariciones y sus familiares, la institución pide a los gobernantes de los diferentes países de Latinoamérica que recuerden a sus fuerzas armadas y de seguridad que su deber es estar al servicio de los ciudadanos, y no perseguirlos o asesinarlos de forma criminal. En este sentido, les ha exhortado a impulsar las investigaciones y juicios contra miembros sospechosos de los cuerpos de seguridad, de forma que quienes hayan contribuido en la realización de un secuestro sean condenadas y se repare parte del daño a las familias.

Por otra parte, el mensaje solicita al Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU y a las diversas instituciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) que apoyen a las víctimas y defiendan sus derechos.

Por último, pide a todos los cristianos que se muestren cercanos con las víctimas y sus familiares, también de forma espiritual, rezando por ellos: "Que estas personas sientan que no están solas y cuenten con nuestra solidaridad y fraternidad".



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