José Bello

Ha fallecido otro catedrático de universidad, católico practicante, en el que ciencia y fe fueron compatibles

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José Bello Gutiérrez (1931-2022), químico, farmaceútico y catedrático de universidad español, antiguo catedrático y director del departamento de Bromatología, Tecnología de Alimentos y Toxicología y profesor emérito de la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra, ha fallecido en Gelves (Sevilla) a los 91 años de edad. Este sevillano se incorporó a la Universidad de Navarra en 1969, tras licenciarse en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla y en Farmacia entre Santiago y Pamplona, donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria docente e investigadora hasta su jubilación en 2001.

Tras unos años iniciales en Pamplona, obtuvo una plaza de colaborador científico del CSIC en 1972 y posteriormente, la Cátedra de Bromatología y Toxicología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla. Esto determinó que se ausentara de Navarra durante unos años, desde octubre de 1978 hasta octubre de 1981, para ser docente entre Sevilla y Granada, puesto que en 1978 fue nombrado profesor agregado de Bromatología, Toxicología y Análisis químico de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada. En el curso 81-82 volvió a Pamplona.

Además de profesor desarrolló una importante actividad científica en Ciencias del Análisis Químico, la Bromatología y la Toxicología de Alimentos, y publicó más de 280 artículos en revistas científicas de prestigio o presentados en congresos nacionales e internacionales. Además, colaboró como autor y editor en 16 libros, impartió más de 35 conferencias en foros científicos, dirigió cursos especializados, participó como miembro o presidente de comités científicos de eventos a nivel nacional e internacional y dirigió 31 tesis doctorales, buena parte de las cuales las presentaron mujeres.

José Bello. Universidad de Navarra


«Todo el que haya conocido un poco a Pepe Bello ha quedado impresionado, además, por su bagaje cultural. El café de las 11 de la mañana, instaurado por él y que aún hoy perdura, fue siempre un momento oportuno para que nos relatase innumerables anécdotas históricas y nos aleccionase sobre pintores, músicos, políticos y personajes de diversa índole, tanto del pasado como del presente», comentó en cierta ocasión su discípula la profesora Astiasarán. «Además, era la ocasión idónea para celebraciones, así como para entusiasmar e ilusionar a los doctorandos que daban sus primeros pasos en la senda universitaria».

Fue en el Acto Académico Homenaje al Profesor José Bello Gutiérrez organizado por la Universidad de Navarra en 2001, accesible al completo en la Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei, cuando su discípula Iciar Astiasarán, intervino recordando unas palabras de un discurso del Dr. Bello en el que dijo:

«Me va a permitir Dr. Bello que tome unas palabras suyas que pronunció con motivo de su lección inaugural del curso 1992-93 en nuestra Universidad Ante el reto del Tercer Milenio le queda a la Bromatología una importante y compleja tarea que cumplir dentro de esa función social que, desde siempre, ha venido históricamente desempeñando como ciencia al servicio de la salud y de la vida. No debemos olvidar que la comida, en el sentido social de la palabra siempre tuvo una función relevante en la vida de los hombres, pues durante siglos fue la base de la convivencia y la armonía familiar. Quizás sea una responsabilidad de todos el volver a recuperar esa función tan humana y tan cristiana. Pienso que merece la pena intentarlo».

Sus propias palabras

En dicho acto el propio José Bello, refiriéndose a sus pensamientos dijo:

«Una de ellas es el fundador del Opus Dei y primer Gran Canciller de esta Universidad de Navarra, es decir, el beato José María Escrivá de Balaguer. De su predicación, de sus escritos y de su propia vida, he aprendido la importancia que tiene el saber vivir con fidelidad, una virtud que en lo humano se llama lealtad, todos los compromisos adquiridos frente a los demás, así como la necesidad de mantener siempre en la vida un espíritu de servicio a Dios, a las personas y a la sociedad; un espíritu de servicio que se traduce en el continuo esfuerzo que conlleva el cumplimiento de los deberes vinculados a todas y cada una de las tareas corrientes y ordinarias de la vida»

El Dr. Bello añadió en dicho acto refiriéndose a su madre:

«No obstante, tengo la satisfacción de que Dios ha querido recompensar su abnegación y le permite continuar viviendo en esa hermosa tierra que nos vio nacer a los dos, es decir, la tierra de María Santísima»

Yo que estudié el jamón serrano en mi tesis doctoral, tuve al Dr. Bello como uno de los primeros referentes porque él escribió uno de los primeros libros sobre el tema: no sabía que era un científico católico como yo. Son muchos los científicos católicos españoles contemporáneos a los que se oculta

CONTRA FACTUM NON VALET ARGUMENTUM


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