La escucha

La reflexión del Evangelio de hoy nos recuerda que Dios se manifiesta en nuestra vida en los momentos cotidianos y es esa sencillez la que hace que a veces lo ignoremos

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«Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen» (Lc 26, 29)

Señor Jesús, muchos de nosotros nos pasamos media vida esperando una señal de los cielos que venga a orientar nuestro camino por esta tierra. Todos estamos necesitados de contemplar signos extraordinarios que llamen nuestra atención y también la de los demás.

En los momentos de crisis nos preguntamos por qué Dios guarda silencio y no nos comunica su voluntad. Algunos dicen que el silencio de Dios les ha hecho perder la fe. Tal vez esperaban oír una voz divina que les indicara la senda que habían de seguir.

Sin embargo, las Sagradas Escrituras nos dicen que Dios se manifiesta a través de los sucesos que van jalonando nuestra historia. Cada día es una advertencia de Dios. Cada paso trae una manifestación de su voluntad y una revelación de su misericordia.

Dios se interesa por hacernos conocer su voluntad por medio de personas con las que nos encontramos por el camino. Dios escoge sus mediaciones para ayudarnos a descubrir su voluntad.

“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Tú nos recordaste que Dios había enviado a Moisés para que su pueblo pudiese conocer los mandatos que podían llevarlo a la felicidad. Después de Moisés, Dios envió a muchos profetas que habían de ayudar a su pueblo a recordar el camino de la salvación.

Nosotros pensamos que aquella iniciativa de Dios pertenece solamente a un tiempo lejano en el pasado. Pero Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, de la bondad y de la belleza. Por eso sigue enviándonos sus profetas. El carácter ordinario con que se presentan nos lleva a ignorar su presencia.

Señor Jesús, no permitas que seamos sordos a la voz divina, que nos llama y nos guía. Que tu Espíritu nos ayude a escuchar la voz de los profetas que nos son enviados. Que la sencillez del mensajero nunca nos lleve a despreciar su mensaje. Amén.


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