La luz del mundo
En este 5º Domingo del Tiempo Ordinario, nuestro examen de conciencia nos invita a reflexionar sobre nuestro compromiso con la misión de la Iglesia
Tiempo de lectura: 1’
“Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5,14)
- Esta frase que el evangelio pone en labios de Jesús suena más como una declaración que como un mandato. ¿Somos conscientes de esa dignidad que el Maestro atribuye a sus discípulos?
- ¿Qué actitudes concretas podrían demostrar hoy que los cristianos nos tomamos en serio este declaración por la que Jesús nos reconoce como luz del mundo?
- Por otra parte, ¿esa afirmación del Señor no es suficiente para motivarnos a hacer penitencia y purificarnos de la oscuridad que puede empañar nuestra vida y nuestro testimonio?
- Si somos luz para el mundo, ¿cómo es que caemos con tanta frecuencia en la tentación del relativismo, tanto en el campo de la verdad y de la fe como en el de las actitudes y las costumbres?
- Los antiguos padres comparaban la luz de la Iglesia a la luz que la luna recibe del sol y refleja sobre la tierra. ¿No habremos manifestado alguna vez el orgullo de sobrevalorar nuestro pretendido resplandor?
- Si Jesús considera a sus discípulos como una luz en el mundo, ¿cómo calificar la timidez o la pereza que nos empuja a refugiarnos en el grupo de los más adictos a nuestra doctrina?
- ¿Pido humildemente perdón al Señor por las zonas que todavía mantengo en tinieblas en mi propia vida y busco la guía espiritual de quien puede ayudarme a iluminarlas?