La sangre del justo
El examen de conciencia de esta semana nos invita a adentrarnnos en nosotros mismos y descubrir si agradecemos reamente la liberación que nos aporta la muerte de Cristo
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“¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” (Mt 27, 25)
- Se ha escrito que el pecado de hoy es la irresponsabilidad colectiva. ¿Este grito del pueblo judío no será un anticipo y un signo de esta actitud tan habitual en nuestro tiempo?
- Según el libro del Éxodo, la sangre que marcó las puertas de los hebreos en Egipto salvó a sus primogénitos de la muerte (Éx 12,7-13). ¿Agradecemos hoy la verdadera liberación que nos aporta la sangre de Cristo?
- Con esta expresión habitual, los judíos evocaban de alguna manera unas palabras de Jeremías (Jer 26,15). ¿No será esta una nueva forma de proclamar la misión profética de Jesús?
- Los habitantes de Jerusalén asumían la responsabilidad de la muerte de Jesús y dispensaban de ella a Pilato. ¿Tenemos nosotros la fuerza de la humildad para reconocer nuestras propias culpas ante las injusticias actuales?
- El pueblo que pide la muerte de Jesús extiende su responsabilidad a sus propios hijos. ¿Percibimos hoy el mal que nuestras decisiones comportan para las próximas generaciones?
- Jesús había dicho a sus discípulos que su sangre era derramada por muchos para perdón de los pecados (Mt 26,28). ¿La Eucaristía nos hace conscientes del significado de esa sangre de la nueva Alianza?
- Significa algo para mí repetir con frecuencia la petición: “Sangre de Cristo, embriágame”?