Conmoción en unos festejos nupciales en Caná. Un joven sorprende al convertir en vino el agua de unas tinajas

Desde entonces, el autor del prodigio, llamado Jesús, y sus amigos, han desaparecido

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Acabo de llegar a Caná, un pueblecito cercano a Nazaret que vive asombrado por unos hechos sorprendentes ocurridos durante los festejos de la boda de una conocida pareja de novios. Según se dice, uno de los invitados a la boda llamado Jesús, hijo de un carpintero de Nazaret, que estaba acompañado por su madre y un grupo de amigos, logró convertir seis tinajas llenas de agua en un vino exquisito que dejó admirado al maestresala. Algunos de los asistentes aseguran que el joven en cuestión es, en realidad, un mago que utilizó uno de sus trucos para hacer ver su capacidad de engañar a la gente y que el vino ya estaba en las vasijas.

Sin embargo, la mayoría de los presentes asegura que el propio encargado de la fiesta, que poco antes se había lamentado de la falta de vino para atender a tantos invitados, no salía de su asombro al comprobar que, de repente, en las tinajas llenas de agua reservada a las purificaciones de la familia. lo que había era vino de una calidad excelente.. El propio maestresala ha confirmado a este enviado especial, que cuando probó el vino, se fue a ver a los novios para alabar su buen gusto al haber guardado lo mejor de su cosecha para el final de los festejos, que se venían celebrando desde hacía una semana, según la costumbre judía. Lo cierto es que, a partir de ese momento, el vino, considerado como el símbolo de la alegría nupcial, no faltó a nadie.

Sobre Jesús, el supuesto ilusionista que realizó la transformación, se sabe que vive solo con su madre en la cercana Nazaret y que, hasta ahora, trabajaba como carpintero, oficio que había aprendido de su padre, ya fallecido. También se dice, que fue su madre, llamada María, quien pidió a Jesús que interviniera porque había observado la pesadumbre del maestresala por la falta de vino. Incluso ha trascendido que al hacérselo saber, Jesús le contestó que no había llegado su hora. María no insistió pero le dijo a unos sirvientes que hicieran lo que les dijera su hijo. Sin replicar, Jesús se levantó y les ordenó con autoridad que llenaran de agua las tinajes de las purificaciones y que después llamaran al maestresala, cosa que hicieron con el resultado reseñado.

Por las averiguaciones que he podido he sabido que los amigos que acompañaban a Jesús, son unos pescadores del lago de Tiberiades a los que había llamado pocos días antes y que le seguían a todas partes. Se trata de los hermanos Simón y Andrés a los que llamó cuando se encontraban en las orillas del lago reparando sus redes después de una dura jornada de pesca infructuosa. Jesús les dijo simplemente que lo siguieran y que, en adelante, serían hombres los que habrían de pescar, unas sorprendentes palabras que suscitaron su curiosidad por saber qué significaban. El mismo día se les unieron otros dos pescadores llamados Santiago y Juan , hijos de Zebedeo, a los que Jesús llamó "boanerges" o "hijos del trueno por su carácter impetuoso. Todo ellos estaban seguros de que Jesús, al que llamaban "Maestro", tenía un influjo especial sobre las gentes aunque seguramente no pensaban que podría realizar milagros como el que habían presenciado.

Desde ese día el carpintero nazareno y sus seguidores han desaparecido de Caná, pero son muchos los que tratan de encontrarlo en algún lugar de Galilea. Es lo que también se ha propuesto este enviado especial, convencido de que le esperan muchas sorpresas. Daré cuenta a los lectores del resultado de mis pesquisas y de lo que vea.


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