Una piedra de la Luna, por Txomin Pérez

Revista EcclesiaEcclesia

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El de seis años que anda por casa tiene la imaginación y la ilusión por vivir a tope de funcionamiento. Cada día es un regalo. No hace mucho, a la salida del cole? le veo venir envuelto en misterio misterioso. Y me dice al oído: "Papi, he encontrado una cosa que no te puedes ni imaginar? te la voy a enseñar". Y allá vamos, a buscar lo escondido en el patio. "Mira? esta piedra es blanca y tiene agujeros. Esta piedra solo puede ser de la Luna. Si contamos esto al telediario nos vamos a hacer famosos en todo el mundo".

Por supuesto? la piedra ?que no cabe duda que es de la Luna? la tenemos en casa. A ver si nos ponemos un día de estos con la estrategia de comunicación del descubrimiento.

Su imaginación, su ilusión y sus ganas de vivir son una tabla a la que agarrarse en estos tiempos oscuros. Te queda claro que no está permitido bajar los brazos y que hay momentos en los que hay que dar el "do de pecho". Y la Navidad que está a las puertas es uno de esos momentos.

Tenemos que estar agradecidos de vivir de nuevo la Navidad. Dispuestos a acoger en nuestra vida al Niño Dios. Y preparados para devolver, a los de seis años, la alegría que nos regalan cada día. Corresponder con creces a su entusiasmo diario. Y recordad que en Navidad? Dios se hace pequeño para que podamos verlo entero. Disfrutemos contemplando la maravilla. ¡Feliz Navidad para todos!

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