La asignatura de Religión en los colegios públicos

Revista EcclesiaJosé Antonio Rosado

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Varios padres y profesores de la asignatura de Religión llevan denunciando años el constante boicot a esta asignatura en varios colegios de Álava. Me imagino que pasará lo mismo en otras provincias. No hablamos de colegios concertados de identidad cristiana, donde ahí se presupone su oferta y enseñanza por coherencia. Hablamos de los centros docentes públicos.

Jesucristo cambió la Historia. Hay un consenso general sobre esto sin duda alguna. El calendario se divide en antes y después de Él. La evolución del mundo supone en su figura un condicionante nuevo. Desde una insignificante Palestina, se transformó Europa y todo el globo hasta nuestros días con un protagonismo cristiano sin lugar a dudas. Su figura merece ser estudiada así como lo que rodeó su vida y su mensaje. Conocer todo lo que envuelve a la cultura cristiana presente en todos los continentes y fuente de millones de expresiones en diferentes ámbitos es evidentemente una cosa altamente positiva. ¿Por qué pues ese constante propósito por parte de algunos de eliminar parte del conocimiento que tiene que ver con la historia, con el arte, con la cultura, con la realidad social de nuestro territorio y sí, con la raíces de España? Por aquí pasa el Camino de Santiago, el apóstol que llegó desde Jerusalén hasta la costa atlántica evangelizando. Aquí se levantan imponentes catedrales y centenarios templos cristianos. Sí, la España que hoy vivimos y disfrutamos tiene una raíz cristiana devocionalmente hablando. También culturalmente es cristiana. Solamente basta mirar al calendario para ver las fiestas y días señalados, la nomenclatura de miles de pueblos y ciudades, los nombres de hombres y mujeres que habitamos este país o las relaciones sociales que tenemos y que se trasmiten generación tras generación, conservándolas por su carácter generoso y positivo. Incluso en nuestro propio lenguaje está presente. No es una catequesis. Eso se imparte en parroquias, grupos extraescolares y en la propia familia. Es mucho más. Recordemos que también se amplía la visión estudiando otras religiones del mundo. Si lo religioso en diferentes facetas nos envuelve a diario recordándonoslos en edificios, fiestas, actos sociales, en nuestra familia, en ocio y cultura, en tradiciones e incluso en acalorados o templados debates, ¿por qué ir contra ello? Eliminar su estudio y presencia en las aulas es cercenar la inteligencia y la capacidad de discernimiento. Y nadie en su sano juicio querría esto.

Saltó la denuncia en medios de comunicación en Álava y la reacción (fácil y cómoda de algunos) fue la de siempre. Cargar ?sin pensar? contra esta asignatura buscando eliminarla de la faz de la Tierra. No doy crédito a quienes lo celebran aunque entienda los prejuicios que tienen tras largas campañas interesadas buscando desterrar lo religioso de nuestra vida. ¿Por qué cargar contra la libertad de los padres para elegir junto con sus hijos una optativa? No se impone, solo se pide que se oferte como el resto de optativas en los colegios públicos, tal y como marca la ley y tal y como pasa en Francia, Alemania, Bélgica o Italia sin mayor problema. No escucho críticas a la optativa de ética, latín, danza, segunda lengua extranjera, dibujo y plástica, macramé o cultura clásica. Repito, todas optativas y todas muy respetables. ¿Por qué si con algo tan vivo y tan enraizado como es la Religión y todo lo que la rodea desde sus inicios hasta hoy? Es injusto el retroceso al que algunos nos quieren llevar. ¿Dejar sin el derecho a elegir libremente esta optativa a alumnos, profesores y padres por la cerrazón de quienes erróneamente entienden ampliar conocimiento con adoctrinamiento? ¿Cargarán también contra los estudios universitarios de Teología o Religión anulando los grados, asignaturas o masters que se imparten en facultades públicas? ¿Querrán realmente que esta disciplina que tanto ha aportado y aporta al mundo se borre de todos los ámbitos de la sociedad? Escucho que la respuesta más socorrida para atacar esta materia es que quien quiera la asignatura de Religión que vaya a misa. ¿También dirán que quien quiera la optativa de danza que vaya a una escuela de baile, que quien quiera la optativa de dibujo vaya a una academia de pintura, que quien quiera la optativa de ética vaya a un psicólogo, que quien quiera la optativa de segundo idioma vaya a la Escuela de Idiomas o que quien quiera sexología vaya a un burdel?

Excluir esta materia humanista supondría que, quienes no quieran dejar de conocer y adentrarse más en este mundo con una perspectiva hacia lo trascendental y metafísico incluyendo las artes, la cultura, la historia o la realidad más cercana, caerían obligatoriamente en una incultura espantosa pues el alumno que no estudia ni conoce esta disciplina no solo en la escuela sino en la familia o en la sociedad, queda automáticamente atrás y con muchas preguntas sin responder. Quien no quiera seguir esta imposición de "Religión fuera", ¿por qué impedírselo si la ley le permite elegir libremente? Repito que no se impone, solo se ofrece, y libremente se elige.

Aguantemos. No perdamos la esperanza en trasmitir el saber de esta asignatura tan transversal y rica en conocimiento. La inmensa y presente cultura cristiana merece respeto y promoción. Toca ser firmes y coherentes ante quienes están llenos de prejuicios y obstinación para que ellos también vean que al ser humano no se le puede castigar al vacío y a la incultura ni mermarle en su derecho a elegir libremente algo tan sencillo como es una optativa escolar.

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