Así empezó Jesús su ministerio en Tierra Santa: "Sabemos quién eres: el Santo de Dios"

El periodista y sacerdote Josetxo Vera, ahonda en 'Chateando con Dios' en el Evangelio de este domingo, 31 de enero

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Si algunos de los que veis este video tenéis oportunidad no dejéis de viajar a Tierra Santa. Ahora es un tiempo un poco complicado, pero es una obligación, casi una necesidad de la vida cristiana por qué realmente conocer la tierra donde Jesús realizó todo su ministerio, en un rincón perdido del Imperio Romano, es una experiencia para nuestro corazón que se recuerda para siempre.


Hoy especialmente el Evangelio nos habla de la sinagoga de Cafarnaúm que a la vuelta de 20 siglos sigue estando allí. Es un sitio espectacular por qué es allí mismo donde estuvo el Señor y allí tiene lugar este acontecimiento que es el comienzo de su ministerio. La semana pasada lo dejábamos escogiendo a los primeros y hoy le encontramos entrando en la sinagoga para escuchar la Palabra de Dios como se hacía los sábados y explicarlas a la gente que se queda asombrada por su autoridad.


Lo primero que nos dice el Evangelio es: “Él no enseña como los escribas, sino que enseña con autoridad”. La autoridad que viene de ser Él quien es, Hijo de Dios, y la autoridad que viene de su propio testimonio, de lo que Él hace y de lo que Él vive. Su palabra no es vacía, sino que transforma.


¿Cuál es mi relación con el Señor? ¿Está transformando mi vida? El Señor hablaba con autoridad, nosotros podemos leer el Evangelio y escuchar las mismas palabras de la sinagoga de Cafarnaúm y podemos escucharlas como dichas para nosotros mismos. Cada palabra del Nuevo Testamento está dicha para ti. Aunque solo existieras en el mundo tú, la palabra de Dios diría lo mismo. También a nosotros con autoridad, no nos dice lo que Él ha oído de otros, sino que nos transmite la Palabra de Dios.


En este primer momento, se le acerca a Jesús un señor que tiene unos espíritus inmundos que le reconocen y les dicen: “Sabemos quién eres: el Santo de Dios”. Me gustaría pararme para que nos diéramos cuenta de una pregunta que también viene para nosotros en estas palabras de los espíritus inmundos que reconocen al Señor. ¿Quién es el Jesús para ti, hoy? Es la pregunta que nos puede ayudar en la oración a lo largo de esta semana. Todos lo están reconociendo, ¿cómo lo reconoces tú?


Y luego el Señor manda a callar estos espíritus: “Callaos y salid de él”. Los espíritus inmundos abandonan el señor que tenían poseído. Hasta los espíritus inmundos le obedecen y fue la gran sorpresa para todos. Se alejan del Señor por la llamada de Jesús. Nosotros podemos también mirar nuestro corazón para descubrir cuáles son nuestros espíritus inmundos. Seguramente no será una posesión, pero si miramos un poco nos damos cuenta de que tenemos espíritus que llevan dentro de nosotros corroyéndonos por dentro. Espíritu del egoísmo, soberbia, individualismo, pereza, lujuria, ira. También es momento de pedirle al Señor que nos salve de estos espíritus.


Basta con que nos pongamos en su presencia, se lo pidamos con fe, y perseveremos en la vida cristiana escuchando al Señor, celebrando su palabra y acudiendo a la Eucaristía.

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