La enseñanza que nos deja el Señor en el Evangelio de este domingo: "Estad tranquilos, yo estoy con vosotros"

El periodista y sacerdote Josetxo Vera, nos da las claves en 'Chateando con Dios' del Evangelio de este domingo, 20 de junio

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Esta semana hemos tenido tormentas a todas horas y por toda España. Esto no es la hora del tiempo, pero todas las Lecturas de este domingo hablan del tiempo meteorológico. Hemos vivido estas tormentas que hacen visible nuestra debilidad, hay cosas que nos superan y nos trascienden, darnos cuenta de eso nos hace bien.

La primera enseñanza que hemos vivido esta semana es que no somos señores del mundo y de todo lo que nos rodea. Hay cosas que nos desbordan, cosas que no están en nuestro poder.

Las tormentas físicas, las que tienen rayos y truenos, son un signo también de las tormentas psicológicas y espirituales, las tormentas de nuestra vida. A veces no entendemos lo que está pasando y sentimos las dificultades para hacer bien las cosas. Nos hace bien darnos cuenta de que no somos dueños tampoco de nuestra vida. De esta dos realidades hablan las lecturas de este domingo.

Siempre hay un punto fundamental: el Señor es también señor de las tormentas y nos habla en medio de ellas. Las dificultades también son un lugar de la presencia de Dios. Lo que sentimos en nuestro interior, nuestro dolor y nuestras crisis, no son un lugar de la ausencia de Dios, sino que, en medio de la tormenta, también está presente Dios.

En la Primera Lectura, un fragmento del libro de Job, un hombre al que todo le va mal hasta que se tiene que dar cuenta de que el Señor está a su lado siempre, también en medio de las dificultades. En esta lectura el Señor le manifiesta que Él detiene la tormenta y le hace posible vivir en medio de las dificultades. En el Salmo también hay un relato similar, Dios que nos habla desde la tormenta y en medio de las dificultades Él nos ampara.

El Evangelio es el típico relato donde Jesús le dice a los apóstoles de “ir a la otra rodilla”. Se meten en una barca y empieza una tormenta impresionante, los apóstoles empiezan a tener miedo y el Señor, en medio de las dificultades, está plácidamente dormido. Los apóstoles le despiertan y el Señor le hace dos preguntas significativas: “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”. Se levanta, se vuelve a la tormenta y le dice: “¡Silencio, enmudece!” y la tormenta se para en seco.

Los apóstoles se quedan maravillados porque todavía no han descubierto quién es el Señor en su vida, no se han dado cuenta de que Él nunca le va a faltar y en medio de las tormentas Él está a su lado. También nosotros vivimos en la tormenta y en la vida de la Iglesia hay dificultades y por eso también se pone siempre la imagen de la Iglesia como una barca en medio del mar donde vivimos todos nosotros. El Señor utiliza el Evangelio de este domingo para darnos una enseñanza en relación con todas las tormentas: “Estad tranquilos, yo estoy con vosotros”. Incluso cuando parece que está dormido, Jesús está allí.

Nosotros en este domingo podemos hacer una mirada a las tormentas del tiempo, pero también a las tormentas de los tiempos en los que vivimos: las dificultades que nos ha dejado la pandemia, las dificultades económicas y las de tantas familias. Buscar en ellas la presencia del Señor y cómo Él nos acompaña y nos guía. Es también un tiempo apropiado para hacer una oración: “Señor creo, pero aumenta mi fe”. Ojalá vivamos así esta semana en la serenidad y en la confianza que en medio de las tormentas el Señor está con nosotros y no nos va a faltar.


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