Cardenales

D. Antonio Mª Rouco Varela

Cardenal Arzobispo emérito de Madrid

Testigo de la Historia de España reciente desde su tarea pastoral

El cardenal Antonio María Rouco Varela es una de las figuras claves en la historia reciente de la Iglesia Católica. Sus orígenes están en Galicia, donde nació un 20 de agosto de 1936. Nació en Villalba (Lugo), en el seno de una familia de aldeana de clase media.

Su familia no tuvo una vida fácil, ya que cuando Mons. Rouco Varela tenía nueve años perdió a su padre. Su madre falleció tres lustros más tarde, cuando D. Antonio María ya rondaba los 25 años.

Su intensa vida parroquial comenzó a edad muy temprana gracias al sacerdote d. Gabriel Pita da Veiga, quien fue luego considerado un santo por el clero de la diócesis de Mondoñedo. Fue precisamente en esta diócesis donde desarrolló sus estudios sacerdotales en el Seminario y continuó los estudios en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Tras su paso por Salamanca llegó a Múnich para estudiar Derecho Canónico. Fue el mismo año en el que se ordenó sacerdote, el 28 de marzo de 1959.

Como hemos comentado, es una de las figuras más destacadas de las últimas décadas en la Iglesia española. Sus vivencias se cuentan por miles. Desde el día que se encontró por primera vez con el cardenal Vicente Enrique y Tarancón en la Universidad salmatina o el golpe de Estado del 23-F en 1981, que pilló a los obispos reunidos en Asamblea Plenaria para elegir a su presidente.

Así lo relataba en la biografía autorizada "Rouco Varela, el cardenal de la libertad", obra del escritor y periodista José Francisco Serrano Oceja: “Esa tarde estuvimos aislados, y no recibíamos prácticamente ninguna información.Algunos obispos, de los que éramos más jóvenes, intentamos ir al lugar de los acontecimientos para saber lo que pasaba, pero nos recomendaron que no fuéramos. Las primeras noticias llegaron en el descanso de la sesión de la tarde, y la primera noticia era que si ETA había entrado en el Parlamento y la Guardia Civil había intervenido. Poco a poco se fueron aclarando los perfiles de lo ocurrido».

El cardenal Rouco recordaba que luego se organizaron para fijar la postura de los obispos ante lo que había pasado. “Se dio la circunstancia de que don Vicente Enrique y Tarancón había dejado de ser el presidente, y estábamos votando a su sucesor. Eso no ayudó mucho, porque esa tarde-noche estábamos sin presidencia. Y, claro, la presidencia del Arzobispo de Madrid era importante en aquel momento, porque era el que tenía más posibilidades de informarse”.

Su relación con los papas ha sido muy estrecha. A Francisco le conoció durante unos Ejercicios Espirituales que el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, impartió a los obispos españoles en 2006. Por su parte con Benedicto XVI la amistad se fraguó cuando el cardenal era ya Arzobispo de Madrid.

Un puesto para el que le nombró Juan Pablo II en 1994, tras nombrarle diez años antes titular de la Archidiócesis de Santiago de Compostela. Nunca creyó que fuera a ser el Arzobispo de Madrid. “Tuve que pedir a nuestro Señor que me ayudase mucho, porque me lanzó a un mar que no conocía en detalle. Y la impresión que tenía, de lo que conocía, es que era un mar bravío. Un mar bravío en donde se estaba tratando de navegar en buena dirección”, recordaba el cardenal Rouco en la biografía autorizada.

Ya el 18 de enero de 1998 fue nombrado Cardenal, recibiendo el capelo cardenalicio de manos del Santo Padre polaco el 21 de febrero de ese mismo año.

Cargos pastorales

El Papa Pablo VI le nombró Obispo auxiliar de Santiago de Compostela en 1976. El 31 de octubre de ese mismo año era consagrado Obispo. En 1984 fue nombrado Arzobispo de la sede compostelana por el Papa Juan Pablo II. En 1994, fue promovido a Arzobispo de Madrid. En ambas sedes, sucedió al Cardenal Suquía. El 18 de enero de 1998 fue nombrado Cardenal, recibiendo el capelo cardenalicio de manos del Papa Juan Pablo II el 21 de febrero de ese mismo año. Es titular de la Iglesia de San Lorenzo in Damaso, habitualmente ocupada por un purpurado español.

Entre 1984 y 1989 fue Vice Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca. Es miembro de las Congregaciones para la Educación Católica, del Clero, y de los Pontificios Consejos para la Cultura. para la Interpretación de los Textos Legislativos de la Iglesia y Cor Unum. Fue miembro de la Congregación para los Obispos hasta el 16 de diciembre de 2013.

Es miembro del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y en 2004 fue nombrado miembro del Consejo de Cardenales para el estudio de los asuntos organizativos y económicos de la Santa Sede.Ha participado en numerosas Asambleas sinodales. Fue Relator General de la II Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, mediante nombramiento pontificio (octubre de 1999).

El 28 de agosto de 2014 el Papa Francisco admitió su renuncia a la diócesis de Madrid por motivos de edad, quedando como Administrador Apostólico de la misma hasta la toma de posesión de su sucesor, el 25 de octubre del mismo año.

Otros datos de interés

En la CEE es miembro del Consejo Episcopal de Asuntos Jurídicos desde marzo de 2020.

Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Española desde 1999 a 2005; asimismo, reelegido como Presidente la CEE del año 2008 hasta la CIII Asamblea Plenaria de marzo de 2014. También lo fue desde 1999 y hasta el año 2005. Además, en la CEE, ha sido Presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos (1981-1990); Presidente de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades (1990-1993) y miembro del Comité Ejecutivo (1993-2014).

Es miembro de la Asociación Internacional de Derecho Canónico y de la Asociación Española de Canonistas. Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Es Doctor Honoris Causa por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, por la Universidad Católica de Mar del Plata, en Argentina, por la Universidad CEU San Pablo y por la Universidad de Burgos. En 1996, fue nombrado por el Papa Juan Pablo II “Magnum Cancellarium” de la Facultad de Teología San Dámaso de Madrid. En 2003 recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en reconocimiento a su labor con ocasión de la V Visita Apostólica del Papa Juan Pablo II a España. Es Hijo adoptivo y Medalla de Oro al Mérito Ciudadano de la Ciudad de Santiago de Compostela.