Santoral

La Aparición de San Miguel, aliento del Dios Vivo

Recuerda el Salmo que Dios ha dado a sus ángeles órdenes para que te guarden en tus caminos, para que tu pie no tropiece en la piedra. Hoy celebramos La Aparición de San Miguel, una conmemoración distinta de la Fiesta del Santo Arcángel cada 29 de septiembre. En ella se entremezcla el milagro con el fervor mostrando la protección de Dios. El hecho se sitúa en el año 492 cuando Gelasio I es Papa de la Iglesia Universal.

En el Monte Gargano, propiedad de un noble muy adinerado también de este mismo nombre se escapó un toro que era del citado patricio romano. Cuando pasaron tres días, y después de haber esperado infructuosamente, decidió salir personalmente en busca del animal que se le había extraviado. Entonces le hallaron dentro de una cueva de rodillas. Intentaron por todos los medios hacerle salir de allí. Sobre todo tenía gran interés por el valor ganancial que tenía con el toro.

Al intentarlo y ver que todo esfuerzo era inútil, decidió sacrificar en ese lugar al animal.Para ello comenzó a dispararle flechas venenosas. Casualmente se desviaron del trayecto y hiriendo a quien las había lanzado, es decir a él mismo. Los criados y soldados le dieron por malherido de forma grave y se le llevaron a casa. Tal suceso corrió pronto por toda la comarca, llegando a oídos del obispo de Siponto.

Este reflexionó sobre lo acaecido y mandó varios días de ayuno. Esto sirvió para que se le apareciese el Arcángel San Miguel diciéndole que Dios le había designado protector del lugar y que lo mostró en ese acontecimiento en la cueva. El obispo lo comunicó al pueblo haciendo las debidas procesiones para ir al lugar y celebrando Misa para consagrarla a San Miguel que se había mostrado abogado de las gentes de ese entorno.


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