SANTORAL 3 JUNIO

Los mártires que dieron testimonio y la vida por Jesús en Uganda

San Carlos Luanga y compañeros murieron quemados vivos en Uganda por denunciar las conductas inmorales del rey del país, permaneciendo firmes en la fe

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Una de las promesas del Señor a los discípulos fue que les enviaría el Espíritu Santo que les diría todo lo que tienen que hacer o decir. Les anima a no tener miedo porque ese Espíritu es el que les impulsaría a ser fuertes en el combate. Hoy celebramos a San Carlos Luanga y compañeros mártires de Uganda, como fruto del Espíritu de Dios, impulsor de la Gracia Divina ante la persecución y el martirio. 

Esta Comunidad Eclesial vio cómo ponían sus primeras piedras los Padres Blancos que habían ido a predicar la Buena Nueva. Poco a poco fueron floreciendo multitud de cristianos capaces de defender el Reino de los Cielos con su vida si era preciso. Cuando el emperador demostró una vida con bastante desorden moral, muchos seguidores del Evangelio sufrieron el martirio por recriminar al rey su pecado. 

En una de las veces en que murió el mensajero de palacio, pusieron a Carlos Luanga quien, siguió en la tónica de sus antecesores denunciando la conducta del monarca. Como muchos eran los conversos a la Fe, el hechicero real, disgustado por ello, le arrancó al rey, ya molesto de por sí con los cristianos, la orden de exterminio. Así surgió el decreto de exterminio de la religión católica, lo que animó a Carlos Luanga y otros 22 amigos a dar la cara por el Señor para que Él no se avergonzase de ellos en el Reino de su Padre. 

Después de ser arrojados a la mazmorra, fueron sacados cruelmente a varios kilómetros de allí donde fueron quemados en medio de las oraciones que elevaban al Dios del Cielo de Quien tenían la completa seguridad de que les acogería, en medio de todos esos tormentos. Un año después, cambiaron las cosas, el rey fue derrotado y Carlos declarado Patrón de Uganda.

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