Santoral

San Ángel de Sicilia: mártir por la Verdad

La Iglesia católica y la Orden del Carmelo en el pasado lo veneraron como mártir y pronto levantaron en Licata una iglesia en su honor y colocaron su cuerpo sobre el altar

Recuerda la Escritura, por boca de San Pablo “Apóstol de los gentiles”, que “Dios coge a lo que cuenta para anular a lo que no cuenta”. Asi le pasó a este misionero por Cristo, como a tantos Santos que siguieron las huellas del Señor tras una vida alejada o no dispuesta, en apariencia a ese cometido. Hoy recordamos a San Ángel de Sicilia, cuya vida llevó el Espíritu de Dios por senderos insospechados.

De origen y familia judía que se convirtieron a la Fe, nace en Jerusalén el año 1185. Al morir los padres ingresa con su hermano en la Orden Carmelitana, y San Brocardo le dará la profesión en Monte Carmelo, ya que su hermano gemelo muere prematuramente. En el siglo XIII surgen dos antorchas en la vida de la Iglesia: San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán. Su lucha es por dar una impronta distinta y, por ello, serán órdenes mendicantes.

De esta manera se dedicar a predicar por los pueblos y aldeas, al tiempo que vivían de la limosna. A esto se une el Carmelo, y Ángel irá a Roma a informar de esta adhesión carmelitana al Papa. Honorio III le recibe y le manda a su primera misión como carmelita mendicante. Será en Sicilia. Allí los cátaros han impactado, defendiendo sus errores como que los pecados mortales no se perdonaban nunca y que comer carne era pecado mortal.

Allí extiende la semilla del Evangelio que será bien acogida entre los fieles. Esto molesta a los herejes que ven cómo su redil se marcha y empiezan a odiar al religioso. Un día decretan su muerte, apuñalándole. La Orden Carmelita le veneró desde muy pronto y desde 1459, el Papa Pío II extendió su culto a toda la cristiandad. Pronto se recuperarían sus reliquias y se levantaría una Iglesia en la misma Sicilia, en su honor.


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