San Cristóbal Magallanes, mártir en la Cristiada

Cristo siempre señaló en el Evangelio cuando se presentó como el Buen Pastor que da la vida por las ovejas, deja claro que tien poder para dar la vida y poder para recuperarla. De esta promesa se fiaron San Cristóbal Magallanes y compañeros mártires. Cristóbal Magallanes Jara nació cerca de Jalisco, en México en el año 1869. El hogar era muy humilde, un ambiente que impregnaba a todos sus habitantes.

Hasta llegar a la mayoría de edad se dedicó a ayudar en el hogar con las faenas en el campo. Cuantos le conocían veían que derramaba dulzura y paz en el trato afable con los otros. Quienes le veían pensaban que su camino era otro. Tal vez esas luces de descubrir que Dios actúa en las personas. Y así se fue advirtiendo. Ya en la mayoría de edad se marcha al Seminario porque descubre que Dios le llama a su servicio como a los Apóstoles a orillas del Lago de Galilea.

Tenía todas las cualidades, a pesar de sus fallos. Quienes le conocían le definían como honrado, espiritual y muy servicial con los necesitados. Ordenado sacerdote en 1899, fue destinado como asistente pastoral a la Escuela de artes y oficios en Guadalajara (México). Allí se preocupa por la formación de todos -profesores y alumnos-. Para ello crea un centro de catequesis y de asistencia pastoral que da grandes frutos espirituales y humanos, derivados de los pastorales.

También se dedicó a las rancherías; sobre todo, cuando ejerce como Párroco de Totatiche. Un día se dirige a celebrar en una ranchería la festividad de Santa Rita de Casia. En ese momento surge una lucha que termina persiguiendo a los cristianos y él es detenido, junto a su Vicario General. Dado que no pueden condenarles por la vía legal, les mandan ajusticiar por tratarse de sacerdotes. San Cristóbal Magallanes y su compañero mueren mártires el 25 de mayo del año 1927.