Santoral

San Gregorio: Heraldo de Cristo Unidad y Vida

Abad del Monasterio de San Cosme y San Damián de Roma, el Papa Juan XVIII le consagra Obispo, elevándole sucesivamente a la condición de Cardenal

La Resurrección del Señor manifiesta la vida que conlleva la unidad en el Espíritu de Dios. Hoy celebramos a San Gregorio, que luchó por la unidad en el territorio español como un fruto del Espíritu Santo. Su vida se desarrolló entre los siglos X y XI. Abad del Monasterio de San Cosme y San Damián de Roma, el Papa Juan XVIII le consagra Obispo, elevándole sucesivamente a la condición de Cardenal.

Su servicio se prolonga durante cuatro Papados por lo que será Bibliotecario Apostólico, asumiendo también la función de consejero en temas de gobierno exterior, así como de corte espiritual. En pleno siglo XI es enviado como Legado Pontificio a las Cortes de Burgos y Pamplona con motivo de la organización eclesiástica de España, con la idea de coser cualquier tipo de división que se produjese, evitando desgarros.

La situación fue muy complicada ya que diversos territorios eclesiales afectaban a varios monarcas, imponiéndose como solución la negociación por parte de una persona diplomática y hábil. El trabajo fue arduo y difícil ya que Gregorio no contó con la aprobación unánime de todos sus pasos, pero sí logró un acercamiento de posturas y la reconciliación en muchos de los casos que se presentaban.

No obstante, el enviado de la Santa Sede, siempre tuvo presente su condición de Pastor, predicando, ante todo, la Palabra de Dios, que es la Única que puede unificar lo que el mal separa y divide. Vivió cinco años en España, hasta que enfermó, retirándose a tierras riojanas. Allí murió alrededor del año 1044, conservándose sus reliquias en la Iglesia de San Gregorio de Pinave, limitando con Logroño y Viana. Su devoción está muy arraigada entre las gentes de La Rioja y Navarra.


dd/mm