San José obrero, Patrono de los trabajadores

La Pascua supone el perfeccionamiento de la Creación porque es renovar todas las cosdas en el Señor Resucitado. En este 1º de mayo, y III Domingo de Pascua, celebramos a San José Obrero, que supone la colaboración en la Obra de Dios. Fue Pío XII quien instituyó esta celebración este mismo día, en el año 1955. José, Esposo de María y padre adoptivo de Jesús, es el prototipo del trabajador que con su faena, coopera a la Creación de Dios y la Renovación de todas las cosas en Cristo.

Así promovió el Pontífice esta celebración desde la fraterna relación entre el patrón y el trabajador, con el derecho a una tarea desde unas condiciones justas y dignas, con un trato netamente humano y un salario digno. Todo esto queda de relieve en la Doctrina Social de la Iglesia, que cobra especial relevancia con la Encíclica Rerum Novarum de León XIII, y las siguientes cartas de los Papas del siglo XX.

Es, por ejemplo, el caso de la Laborem Exercens, Populorum Progressio, y Mater et Magistra, hasta llegar a la Sollicitudo Rei Socialis de Juan Pablo II, por citar algunos ejemplos, que también siguen prolongándose en la mentalidad de la Doctrina Social del magisterio, tanto del Papa Emérito Benedicto XVI, como de Francisco. Sólo desde Cristo es posible el Cielo nuevo y la tierra nueva que nos invitan a ganar la Vida Eterna, desde la santificación en el trabajo que la Providencia nos ha asignado.

Junto a esta memoria, se inicia un tiempo muy especial de fervor y religiosidad popular, porque en este mes de mayo también tiene especial importancia el fervor del Pueblo de Dios a Nuestra Señora y Madre, La Virgen. El Ejercicio de las flores a María, supone el amor que los creyentes profesan a la Reina de Cielo y tierra poniéndola como el segundo Modelo después de Cristo.Todo estos en el contexto de Pascua en que le felicitamos a Ella por ser Corredentora.