Santoral

San José Oriol, entrañablemente humilde

San Pablo siempre recuerda que debemos tener los mismos sentimientos que el Señor Jesús, el cual no hizo alarde de su categoría de Dios, despojándos de esu rango. Hoy hacemos memoria de San José Oriol que entendió el sentido de humildad que la providencia le presentaba en su Plan de Salvación. Nacido en Barcelona en el año 1650, desde pequeño sintió la llama de la Fe en lo hondo de su corazón.

Huérfano de padre, un día será monaguillo para el servicio y la atención en su misma Parroquia natal. También ingresó como cantor en la misma. Todos veían los largos ratos que pasaba en oración ante el Santísimo. Ante todo esto, sus sacerdotes le plantearon la posibilidad de ser sacerdote. Tras su aceptación, dado que vivía en un hogar extremadamente pobre, ellos le costearon los gastos en el Seminario.

Durante todo este tiempo profundizo mucho más en el Amor al Señor. Ordenado sacerdote era tenido por un hombre muy virtuoso. Sin embargo fue ganando en humildad. Por ello comprendió aquel Pasaje de San Lucas en el que Cristo asegura “¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros!”. Esto le hizo recapacitar e imbuirse de la sencillez para ser alabado por Dios y no tanto por los hombres. En el avance de su camino de perfección optó por ayunar todos los días a lo largo de su vida, absteniéndose de algunos alimentos.

Ahora sí que se iba encauzando por el camino que Dios el había marcado.Desde entonces fomentó mucho la confesión y la dirección espiritual para orientar a las almas. Siente les insitía en que buscasen a Dios de corazón y no de forma externa. Todo el que iba a verle y precisar de sus ervicios de apostolado salía confortado descubriendo a un hombre Santo. San José Orios muere en 1702 en la misma ciudad que le vio nacer, cuando cantaba un himno a La Virgen. Fue un gran profeta iluminado por el Señor.


dd/mm