SANTO 14 ENERO

San Juan de Ribera, estudioso y predicador que convierte

Hoy recordamos a San Juan de Ribera aplicador del Concilio de Trento

Jesús Luis Sacristán García

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La Fe requiere de esos maestros que expliquen las verdades, y no han faltado quienes han hecho de la palabra una forma de extender el Amor de Dios, llevándole de sus corazones a los demás hombres gracias a su predicación. Hoy recordamos a San Juan de la Ribera, gran experto en la palabra como la mejor manera de alentar a los demás. Nace en Sevilla y es hijo de Don Pedro Afán Enríquez, duque de Alcalá.

Su madre, Doña Teresa de los Pinelos, morirá muy pronto, dejando al hijo un ambiente familiar rodeado del mayor espíritu de caridad y atención a los pobres. Estudia en la Universidad de Salamanca, bebiendo de los teólogos que han contribuido con su pensamiento a la Contrarreforma desde el Concilio de Trento. El Papa Pío IV le nombra Obispo de Badajoz, cuando aún no ha cumplido los treinta años. Entre sus tareas, destaca el envío de varios predicadores con San Juan de Ávila, siguiendo el espíritu tridentino.

Pero como hay que predicar con el ejemplo, sus sermones contagian de entusiasmo a cuantos le oyen, administrando los Sacramentos a los fieles, con especial dedicación al Sacramento de la Reconciliación. Precisamente, uno de los momentos más destacados de su apostolado es cuando se sienta a confesar a las almas, pasando largas horas en el confesionario.

También cultiva mucho su faceta penitencial, acostándose sobre sarmientos y cuida de la dimensión caritativa, repartiendo cuanto tiene entre los pobres. Posteriormente es destinado a la capital valenciana donde ahonda en esa misma tónica de caridad y sacrificio. Felipe III le nombra Virrey de Valencia y él funda el Seminario Corpus Christi, muriendo en él, el año 1611.

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