San Nicasio

Recuerda el Señor en el Evangelio que “cuando comparezcáis ante los tribunales tendréis ocasión de dar testimonio de mí”. Hoy la Iglesia nos presenta a San Nicasio. Nacido probablemente en Sicilia (Italia) hacia el año 1130 es nieto del emir de Grigento casado con una cristiana. En esta mezcla, recibe la formación sólidamente cristianaque es la que realmente le abrirá camino en toda su vida.

Cuando el conde Roger de Sicilia conquista la zona, el abuelo y toda su familia escuchan la Buena Nueva del Evangelio y se convierten. Nicasio, que como decíamos antes, había crecido con sus hermanos en un ambiente de Fe, cuando se hace adulto marcha con uno de ellos como lego a la Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Esta orden fue fundada en el siglo XI por comerciantes cristianos en el marco de las cruzadas con un sentido de liberación.

Era el momento en el que los musulmanes se apoderaban de los Santos Lugares y era preciso expulsarles de esa zona desde el combate. Cuando se embarca a Jerusalén, Nicasio repara en todos los heridos en la lucha y los que llegan en pésimas condiciones a Palestina, por lo que se dedica a asistir a los enfermos y peregrinos. Y es que también existía la lección que ayudaba a aprender de que estas órdenes, por encima de un interés beligerante, lo que más vivían era ese amor solidario y caritativo.

Cuando el sultán Saladino invade los Santos Lugares, en Tierra Santa, es descubierto y detenido por su condición de cristiano. Surge como siempre la posibilidad de que reflexionen encerrados en la cárcel y ganar los invasores adeptos para su causa, prometiéndoles grandes honras humanas. Pero no será así, porque al reafirmarse en su Fe, Nicasio y su hermano morirán decapitados.