Santoral

San Odilón de Cluny, pionero en la oración por los difuntos

Noble francés, que se desempeñó como abad de Cluny, entre 994 a 1049

“Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Esta frase de San Agustín compelmenta a la de San Pablo cuando recuerda que cuando aspitro ma salvarme con las contrariedades y los avatares de cada día completo a lo que falta en mí por los méritos de la Pasión del Señor. Así lo sintio San Odilón, abad de Cluny que hoy se conemmora desde la Orden Benedictina para toda la Iglesia. Nace el año 962 en Auvergne (Francia) en un ambiente imbuido de la nobleza.

Durante su juventud se sintió llamado a la vida consagrada por lo que ingresa en el Seminario. Esa consagración no le cuadraba en su sentimiento, entendiendo que Dios le reservaba otro modo de consagrarse. Esto lo descubre en el Monacato, en los Benedictinos de Cluny. Su madurez hizo que la Comunidad se fijase en él y hacerle coadjutor del abad Mayeul. A la muerte de este religisos, todos a una sola voz eligen a Odilón como su sustituto.

El nuevo Abad infunde una ternura y un celo que resuna entre todos los que le ven. Eso le presenta como un hombre muy caritativo y ese espíritu le ayuda a regir debidamente y de forma salomónica - es decir, con justicia y rectitud - el Convento. También observó con mucha radicalidad la observancia de San benito, la Liturgia y el cántico. Todo esto hizo que el espíritu evangélico manifestado en Cluny se extendiese por los Monasterios de todo el orbe.

Todos observaban a Odilón como un Santo, que quiso preservar la unidad en el Continente asentado sobre la Fe y la cultura cristiana. De hecho estableció una realción basada en la armonía y la paz con los reyes principales de Europa. El Papa quiso ofrecerle ser obispo, pero él lo rehusó alegando su pequeñez y humildad. Muere en el año 1048 durante una visita a uno Monasterio y es el que tuvo parte en la instauración del Día de Todos los Santos y, sobre todo, la Conmemoración de los Fieles Difuntos.


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