Santoral

El Santo de hoy: Santa Bárbara, mártir por Cristo

Recuerda el Profeta en el Antiguo Testamento que son hermosos sobre los montes los pies del Mensajero que trae la Paz. Una Palabra que resuena en el Adviento y que muestra la cantidad de portadores de paz desde la Fe en la Vida de la Iglesia, dándola incluso con su sangre como Santa Bárbara que conmemoramos en este Segundo Domingo del Tiempo Adventual. Nacida en el siglo III su lugar se sitúa entre Nicomedia en la actual Turquía o en Líbano.

Su padre es un pagano de nombre Dióscoro, hombre de tratos sucios y amante del dinero y del poder. No era ajeno a al existencia del cristianismo que para él era algo a exterminar. Entonces llevado por un afán de mala protección hacia su hija, creyendo que la debe librar de que sea un día adoctrinada por los seguidores de la Cruz, le manda encerrar en una cárcel evitando cualquier contacto con la realidad. Allí pide que vayan los mejores profesores para que le eduquen en la Filosofía y las ciencias.

Inevitablemente algunos de los que van a verla se le manifiestan como crisitanos que ocultan su condición no por cobardía sino en un gesto de defensa humana, auqnue siempre dispuestos a dar la vida si fuese necesario. Ella se convierte y se cartera con Orígenes del que le han hablado como un hombre de Fe. Convencida de ello, se hace bautizar y pide que en la torre donde se halla encerrada abran una tercera ventana, para profundizar en el Misterio de la Santísima Trinidad.

A la vuelta de sus asuntos el padre se entera de que se ha convertido su hija y le denuncia. Llevada al lugar del suplicio, sufre muchos tormentos. Condenada a morir decapitada, una tradición subraya que el propio padre le decapita. Otras fuentes destacan que el padre evitando el tormento para su hija porque eso sería una humillación, le clava un puñal. Al volver de aalí a casa, un rayo parte a su padre en dos. Por eso Santa Bárbara es protectora contra las tormentas.

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