Santoral

Santo Domingo de La Calzada, asistente de peregrinos

La Iglesia conmemora a Santo Domingo de la Calzada, cuya vida y entorno es un lugar para encontrarse con Dios y con uno mismo

El Señor Resucitado manda a sus discípulos que vayan a Galilea como punto de encuentro después de resucitar. Allí comenzó también su primer encuentro con Cristo. Y esto ha hecho que, a lo largo de generaciones y siglos, haya habido lugares emblemáticos que sean punto de encuentro con Dios y consigo mismo. La Iglesia conmemora a Santo Domingo de la Calzada, cuya vida y entorno es un lugar para encontrarse con Dios y con uno mismo.

Nacido en Viloria de Rioja, procede de familia humilde. Su amor por Dios le lleva a elegir la vida de Benedictino, pero dada su condición extremadamente humilde, le rechazan tanto San Millán como los monjes de Valvanera. Domingo entonces se acerca a la vida eremítica y al poco tiempo entra en el séquito de San Gregorio, enviado del Papa como Legado a organizar la Iglesia en Hispania. Santo Domingo de la Calzada muere el año 1109.

Sus restos se ubican en una Catedral de corte gótico. En 2019 nos encontramos en el Año jubilar calceatense ya que se cumplen 1000 años de su nacimiento. Su realidad de hombre hospitalario le hace tomar consciencia de las gentes que se acercan por esas tierras camino de Santiago. Esos peregrinos procedentes de Roncesvalles y de muchas partes de Europa, que van a la tumba del Apóstol encuentran en Domingo una persona llena de Dios y buena, que les ayuda en el trayecto.

Por ello construyen también albergues y hospitales para su reposo y curación. Una de las anécdotas más conocidas es la del hombre acusado falsamente de robar en unos tiempos en que el robo se penaba con la muerte. Él fue a defenderse y el comendador pidió que el gallo que iba a comerse ya cocinado cantase y si lo hacía quedaba probada la inocencia del supuesto ladrón. Y ante el estupor del notable, el gallo cantó.


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