SANTORAL 8 AGOSTO

El Santo que combatió los errores con la caridad y la predicación e introdujo el Santo Rosario

Santo Domingo de Guzmán combatió las herejías de su tiempo con la caridad y la predicación.

Jesús Luis Sacristán García

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La grandeza de los Santos sólo la mide Dios y de la misma forma que, en el Antiguo Testamento, dice que nos dará pastores según su Corazón, en el paso de los siglos pone a la persona que conviene en ese momento a la Iglesia para llevarla adelante, como sucedió con el Santo de este jornada y cuya Santidad es una huella muy significativa a lo largo de los siglos. Se trata de Santo Domingo de Guzmán. 

Nacido en Caleruega, Provincia de Burgos, en torno al año 1170, procede familia noble, encargándose su madre de la educación, profundamente cristiana. Formado en las letras y las Ciencias Sagradas por un tío suyo, arcipreste, a los 24 años marcha a Osma, de cuya Catedral será Canónigo, ordenándose sacerdote un año después. Al poco tiempo, el Obispo Oxomense, Diego de Acebes, marcha a Dinamarca a un asunto oficial y al pasar por Francia descubre el daño que hacen a la Iglesia las herejías albigense y cátara, que negaban muchos de los Dogmas de la Fe cristiana.

En este viaje, se lleva también a Domingo, que se quedará con un grupo de compañeros cuando el Obispo regrese a España. Así se entrega a una misión donde sigue el postulado evangélico de ir con la ropa puesta y sin más cosas que lo que llevan en la alforja. Con el objetivo de instruir a las gentes contra los errores doctrinales, surge la Orden de Predicadores, también llamados Dominicos.

Con el tiempo conocería a San Francisco de Asís, al que le unió una fuerte amistad, surgiendo también la rama femenina de los Dominicos. Esta fundación es aprobada por Honorio III en 1217. Cuatro años más tarde, muere Domingo, siendo canonizado por el Papa Gregorio IX. Es el introductor del Santo Rosario, porque el año 1208 se le apareció la Virgen enseñándole a rezarle y pidiéndole que difundiese esta Devoción.

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