Santoral

Santo Tomás, confesor del Señor Resucitado hasta la muerte

Hoy es el Apóstol Santo Tomás.

Cada vocación tiene su historia y su llamada concreta, así como sus momentos de fortaleza y vacilación. Pero en todo ello se muestra fuerza del Espíritu. Hoy, XIV Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos la festividad del Apóstol Santo Tomás. De oficio pescador, es uno de los Doce que siguieron al Señor. Cuando marchan a Jerusalén a resucitar a Lázaro que ha muerto, mientras los demás discípulos no quieren ir porque las autoridades buscan a Cristo para matarle, él impulsa a los otros a ir y morir también con él.

Y durante la institución de la Eucaristía en la Última Cena, muestra su desconocimiento del camino por lo que Cristo le tiene que responder que Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie va al Padre si no es por Él. Así les va diciendo progresivamente quién es Él. Sin embargo el momento más destacado y conocido es después de la Resurrección en su duda ante el Señor Resucitado de entre los muertos.

El primer día de la semana, el Señor se aparece a los Apóstoles mostrándoles las manos y el costado, lo que les hace llenarse de alegría y creer en las palabras anteriores a su muerte acerca de que sería crucificado, resucitando al tercer día. Como en ese momento Tomás no está allí, no da crédito a las palabras que le dicen los otros, por lo que desafía a Dios asegurando que sólo creerá si mete la mano en el agujero de los clavos y en su costado.

Y precisamente a los ocho días, vuelve el Señor y le invita a tocar como pedía las señales lo que le hace exclamar: ¡Señor Mío y Dios Mío! También será testigo de la Aparición del Señor Resucitado en la Segunda Pesca Milagrosa cuando va con Pedro, Juan y otros cinco discípulos a pescar y el Maestro Glorioso les espera en la orilla. Según la tradición, Santo Tomás predica el Evangelio en La India donde morirá mártir por el Señor.

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