Santoral

San Nicolás de Bari

Obispo benefactor de necesitados, a la muerte de sus padres, le queda una importante fortuna. No obstante, siente cómo Dios le inspira vender esas posesiones terrenales

Existen celebraciones que marcan su impronta dentro del calendario, y conforman el sentir popular del pueblo cristiano. Hoy celebramos a San Nicolás de Bari, uno de esos Santos con gran raigambre en el Santoral del Año Litúrgico. Oriundo de Licia, en Turquía, sus padres se encargaron de que tuviese una formación sólidamente cristiana. A esta educación se sumó el Obispo de Pitara, quien completó cualquier laguna que hubiese tenido en la formación del hogar. Nicolás quedaba bien preparado en el amor a Dios.

A la muerte de sus padres, le queda una importante fortuna. Pero siente cómo Dios le inspira vender esas posesiones terrenales, si quiere ser perfecto y perseverar en la Fe. Pero incluso iba a surgir una ocasión providencial en que emplear el dinero debidamente. Y es que casualmente entonces oyó la noticia de un padre que iba a vender a sus hijas como esclavas, dada la pobreza en que se hallaba sumergido dolorosamente.

Fue cuando le entregó monedas de oro de las que disponía, evitando que pusiese en marcha aquel plan nocivo, convenciéndole de que no lo llevase a cabo. La Providencia quiere que desemboque en Mira, cuando el anciano Obispo de esa Diócesis había fallecido. Inesperadamente, reparan en él para que sea el Pastor de allí, servicio que hubiese rechazado, de no ser por la obediencia que tenía, siguiendo siempre la voluntad de Dios.

Tuvo que sortear muchas dificultades, entre las que se encuentra defender a muchos inocentes condenados a muerte, o asegurar el respeto al Edicto de Milán, que prescribía la libertad religiosa evitando las sangrientas persecuciones. San Nicolás muere en el siglo IV y sus reliquias son trasladadas a Bari (Italia), en el siglo XI.

dd/mm