Santoral

San Sabas

Protector de los monjes del desierto

En el silencio de la noche Dios se hace uno de nosotros y excepto el pecado, al que viene a expiar, lo demás lo comparte todo. Precisamente lo más hermoso de todo es no ser advertido y hacer calladamente las cosas. Hacemos memoria en este día de San Sabas, no muy conocido por su vida silenciosa pero un campeón de la contemplación. Mutalasca, en Capadocia, vería nacer a este anacoreta el año 439.

Dadas las empresas militares del padre en Alejandría, serán sus tíos los que le cuiden. Todo este itinerario será para él un camino de Santidad desde la oración y el silencio. Cuando advierte el afán de bienes materiales de los hombres, opta por seguir la vida eremítica. En su corazón calaron mucho aquellos pasajes de la Escritura en que el Señor recuerda que “Donde está tu tesoro, está tu corazón al tiempo que advierte de atesorar tesoros en el Cielo donde no hay polilla ni carcoma que se los coman”.

El santoral de hoy, sábado 5 de diciembre

Tras un periodo de preparación, ingresa en los monjes de San Flaviano. Posteriormente le dan permiso para visitar los Santos Lugares, pasando por diversos monasterios. Pronto llega a Teoctisto, lugar de gran austeridad. Sin embargo, con el paso del tiempo la relajación se apodera del convento, por lo que marcha al Jordán, donde recibe las gracias necesarias para combatir al maligno que le intenta apartar del camino de la soledad.

La fama de santidad de Sabas, guía hasta él a multitud de personas. El Patriarca de Jerusalén, le nombra exarca de todos los monjes y anacoretas del desierto. Ello supone un gran compromiso con su Fe para ser ese fiel administrador del Evangelio. En una entrevista con Justiniano, pide al Emperador un compromiso serio con la Iglesia. Muere el año 531.

dd/mm