Santoral

San Germán de Borgoña

Pastor contemplativo y caritativo, nació en el último tercio del siglo V. No gozó de un ambiente familiar propicio, intentando, incluso eliminarle, algunos de los miembros

Mayo es ese mes teñido de alegría pascual y flores marianas que destellan el gozo del cristiano. Hoy celebramos a San Germán, Santo que cantó las excelencias de María, Madre de la humanidad reconcialiada en el Amor del Dios que muere y resucita para que tengamos Vida en Plenitud. Nacido en Autun, Borgoña, en el último tercio del siglo V, no gozó de un ambiente familiar propicio, intentando, incluso eliminarle, algunos de los suyos.

Pero será con su pariente de Lazy, con quien encuentre mayor acogida. Introducido en el ambiente eclesiald escubrirá su vocación, ordenándose sacerdote. Nombrado Abad del Monasterio de San Sinforiano, desempeña su servicio con un sentido muy sobrenatural, dando ejemplo de oración, estudio y obediencia. Su deseo siempre fue que los pobres no se marchasen de vacío cuando entraban a pedir en el Convento.

La Fe y el espíritu de amor que le movía a hacer esto, hizo que nunca faltase comida para los necesitados, ni escasease en casa. También se le atribuye el apagar un incendio, con sólo un poco de agua. Todo esto suscitó un clamor general de reconocerle como Santo, pero tampoco faltó la envidia del Obispo que le remitió a prisión. Poco después le liberó cambiando la envidia por la admiración. Nombrado Obispo de París, durante este periodo se cuenta el milagro de la curación del monarca Childeberto.

Sus últimos tiempos discurrieron llenos de contrariedades, sobre todo cuando hubo de poner orden en la familia real y excomulgar a algunos de sus miembros. Se cumple el Evangelio que recuerda que el discípulo no puede ser menos que el Maestro. San Germán muere en el año 576, siendo enterrado en San Sinforiano, como ya tenía dispuesto. En sus cantos a maría la presenta como el Único consuelo después de Dios y como el refugio en las miserias y calamidades.

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