SANTORAL 6 AGOSTO

La Transfiguración del Señor: el consuelo de la Gloria que se nos manifestará

En la Transfiguración el Señor se muestra a Pedro, Santiago y Juan.

Jesús Luis Sacristán García

Tiempo de lectura: 2’

La Sagrada Escritura siempre dejará claro ese Pasaje profético del Antiguo Testamento que dice “consolad, consolad a mi pueblo”. Y los Apóstoles se habíais desmoralizado ante el anuncio del Maestro de que no se hagan ilusiones porque le vean hacer milagros y ser aclamado, porque pasará por la Cruz para llegar a la Pascua. Y como ellos se quedan solamente con lo primero y no con el Triunfo Pascual se lleva a su más predilectos a la montaña para darle consuelo.

Hoy celebramos La Transfiguración del Señor. Ese momento preciso. Son los Evangelistas quienes nos cuentan cómo Cristo, después de haber anunciado a los discípulos su Pasión y Resurrección, se lleva a Pedro, Santiago y Juan a la montaña. Mientras oran sus vestidos y su aspecto se vuelve de un blanco deslumbrador como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Al mismo tiempo, se le aparecen dos hombres conversando. Se trata de Moisés, el mediador de la Antigua Alianza, y Elías, el Profeta que exhorta al pueblo a volver al Señor, que habían abandonado por los ídolos.

Ambos hablan de su Muerte que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y los otros dos hermanos que se caían de sueño, se espabilan ante el resplandor ¡Maestro, qué bien se está aquí! ¡Vamos a hacer tres chozas: Una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías! Finalmente se les aparece una nube que les cubre con su sombra invitándoles a creer en Cristo: “Este es mi Hijo, mi Predilecto. Escuchadle”. Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre, lo que Dios ha preparado para los que le aman.

Por último, vuelven a ver al Maestro sólo después de la Voz de la Nube, y éste les pide que no cuenten a nadie la Visión que les ha mostrado. Así se pone de relieve la Gloria que un día se nos manifestará. Esta festividad comienza a celebrarse entre los siglos IV y V en Asia Menor y desde el siglo X en toda la Iglesia. La Transfiguración es una de las Fiestas del Señor que caen en el Tiempo Ordinario junto a la Presentación el 2 de febrero y la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de septiembre.

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