No cabe mayor despropósito ni torpeza: hacerle gratis la campaña a Sánchez. O sea conseguir la derrota de Sánchez, tercera derrota a manos del Partido Popular, en este caso del Partido Socialista y del gobierno social comunista que preside. Tercera derrota consecutiva pase inadvertida y el señor Sánchez frotándose las manos. Está que fuma en pipa de alegría. Y no le digo yo Abascal, se está despelotando en el sofá.

La risa que le ha entrado, la risa floja que tienen los dos. Porque los dos son los beneficiados de esta situación que vive el Partido Popular. Esta ópera bufa en la que se han metido, es un despropósito todo lo que estamos oyendo, viendo y siguiendo. En todas las guerras, hay una guerra total y absoluta y además declarada abiertamente como ya saben, o sea no descubrimos nada nuevo, entre la dirección (Casado y Teodoro García Egea) e Isabel Díaz Ayuso por otro lado.

En todas las guerras la primera víctima es la verdad. No sabemos quién tiene aquí la verdad. Lo que sí sabemos es que está perjudicando de forma notable la opción qué representa el Partido Popular para echar a Sánchez de la Moncloa.

Ahora mismo si hubiera elecciones, si Sánchez convocara unas elecciones, probablemente los ganara. Todo por culpa de los que se han empeñado en suicidarse. Da la impresión de que tanto el propio Pablo Casado, el propio García Gea, la propia Isabel Díaz Ayuso, todos y sus colaboradores inmediatos han decidido suicidarse.

Un suicidio colectivo. Antes que gane una o pierda el otro, vamos a acabar con todo y hacer tabla rasa. Es tremendo. Vamos a ver en qué acaba esta historia pero desde luego los más perjudicados son, sin duda, aquellos votantes del PP que vienen siguiendo con cierto interés e ilusión la posibilidad de que este partido, que la derecha pueda recuperar el poder después de los años de gestión mediocre y cuestionable del Gobierno social-comunista de Sánchez. Y eso parece ahora más lejos que nunca a tenor de lo que estamos viviendo y asistiendo.